Un reciente informe de la Consultora Equis, que preside Artemio Lopez, afirma que durante la última década en la Ciudad de Buenos Aires se triplicó la pobreza y la desocupación, y se multiplicó por cuatro la brecha entre ricos y pobres. El estudio se basa en datos brindados por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), por el Gobierno de la Ciudad y por encuestas realizadas con personal propio de la consultora.
Asimismo, en el programa "Lalo Blablá", que se emite por Radio Del Plata, López afirmó que "durante la década del ’90, obviamente el correlato de la pobreza que se generalizó al conjunto de la población y al que hoy lamentablemente ya involucra a casi al 60 por ciento de los argentinos tuvo como contrapartida el enriquecimiento de una franja muy chica de la población, por lo cual la brecha de ingresos entre ricos y pobres se agrandó de esta manera a nivel nacional en casi 40 veces y en Capital supera las 170 veces".
"La Ciudad de Buenos Aires no es un distrito homogéneo -manifestó el titular de Equis-, en realidad no podría serlo. El sur de la Capital Federal tiene un nivel de pobreza de casi el 42 por ciento, en línea con los registros de pobreza del primer cordón del conurbano bonaerense".
En este sentido, el informe sostiene que toda la zona sur tiene un índice de desempleo del 25 por ciento y el 42 por ciento de su población es pobre. Además, afirma que casi el 20 por ciento de la población del sur reside en villas de emergencia, las cuales en esta década pasaron de albergar de 50.000 a 145.000 personas -es decir del 1,7 por ciento de la población al 5 por ciento-. Este fenómeno de pobreza y desocupación se está deslizando de los barrios del sur -Villa Lugano, Barracas, Balvanera- hacia los del centro -Villa Crespo, Flores y Caballito-.
VILLAS DE ¿EMERGENCIA?
El estudio realizado por la Consultora Equis también concluye que si bien gran parte de la población de las villas porteñas tiene su origen familiar en el norte argentino y en los países limítrofes, nació en la Ciudad de Buenos Aires. Es decir que el crecimiento demográfico de las villas no se debe a que llegan nuevos residentes, sino que los que están tienen gran cantidad de hijos. Un ejemplo de esto es que mientras que el hogar porteño de clase media está compuesto por tres personas, el de las villas de emergencia supera los cuatro miembros.