“Take it o leave it.” La definición corre por cuenta de un auténtico “lilito” que se apura por definir el estatus de su jefa. Abonada a las denuncias, sobre muchas de las cuales después el tiempo terminó dándole la razón, el perfil de “fiscal permanente” de Elisa Carrió, parece estar en su apogeo.
Y no solo por lo que manifiesta hacia afuera, cuestionando la metodología de este gobierno y ventilando los numerosos casos de corrupción detectados, sino por lo que proclama hacia dentro de su propia coalición.
Dos pasos necesita Carrió para posicionarse como la controller de Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Los porteños en las elecciones legislativas acostumbran a darle poder de fiscal a alguien a la hora de votar (ver nota aparte, en página 5).
Sin pelos en la lengua y careciendo absolutamente de todo freno, Lilita no tuvo problemas en atacar a sus “adversarios” en la interna de Unen. A Alfonso Prat-Gay por no haberle firmado “jamás una denuncia por corrupción”; a Martín Lousteau por “el daño enorme” que le hizo al campo con la 125.
Su compañero de camino electoral, Fernando “Pino” Solanas, salió a defenderla. “No es de decir cosas que no son ciertas”, afirmó y, en alguna medida, definió la manera de ser y hacer de la creadora del ARI.
Una de sus amigas de años, compañera de bancada y de ruta partidaria, Alicia Terada, la describió como “intensa en su lucha, inclaudicable y tenaz”, pero por sobre todo “honesta” con su manera de pensar y de sentir la manera de hacer política.
El domingo Lilita competirá con su boleta contra otras tres listas internas. Las encuestas la mostraban a la cabeza de la consideración de la gente, hasta que salió a cuestionar a sus compañeros de espacio político: Prat-Gay; el exministro de Economía, Lousteau, y el senador Rodolfo Terragno.
Ahora una encuesta de Giacobbe la ubica en el tercer lugar, aunque la misma encuestadora advierte que el electorado está “muy volátil” en la Capital y puede llegar a modificarse esa situación para el domingo.
Recientemente convocó “a todos los que aún están indecisos a participar de la interna abierta de Unen, que es la única fuerza política que le da a la sociedad la posibilidad de armar la lista”, y consideró: “La nuestra es la única interna democrática que se da en el país en muchos años”.
Carrió se mostró “muy feliz porque todas las encuestas que se están publicando muestran que Unen es la fuerza más votada en la Ciudad, con una intención de voto de alrededor del 35 por ciento”. “Eso es muy importante porque significa que la sociedad respalda nuestra actitud democrática.”
Y probablemente ese sea su mayor capital entre la gente. Quizá nunca llegue a contar con consenso suficiente como para aspirar a la Presidencia de la Nación, pero la calle le reconoce su valor, su decisión y su capacidad para “ir al frente” con cuanta denuncia considere necesaria hacer “para desenmascarar corruptos”, como ella misma lo manifiesta.
Desconfiada, frontal, incontenible. Arremete sin red y sin vacilaciones. Su prestigio trasciende las fronteras y es muy considerada, sobre todo en los Estados Unidos, a la hora de plantear realidades, más allá de lo que suceda en la Justicia.
Pero, ¿hacia dónde va Carrió? En algunas de sus declaraciones encontramos respuestas. El rumbo es claro y lo ha mantenido desde que comenzó a transitar su historia política.
“Ahora sé que colectivamente podemos conducir esta Nación a la paz. Conducir esta Nación a la libertad. Conducir esta Nación a una gran sociedad y pueblo de clase media, donde no haya un pobre mendigando por la calle. Yo sé y todos sabemos que podemos conducir esta Nación, abierta al mundo, rica, próspera, libre, solidaria”, sostuvo no hace mucho.
Pero aclara que “hace falta autoridad para eso, y la autoridad no la da el poder, la autoridad la da la conducta”. “Es necesaria en la ejemplaridad, en el ejercicio del poder. Es necesario que todos sepan que cualquiera que viole la ley, rico o pobre, tendrá sanción.”
“Si yo le tuviera que explicar a la Nación dónde me ubico en ese debate, que le encanta a los superficiales, acerca de si soy de izquierda, de derecha y si me corrí o no me corrí, le diría que estamos o que estoy en el lugar del centro, que es la Justicia, que es la verdad y que es la construcción de una gran prosperidad nacional”, recalca en otro momento.
Carrió cree, fundamentalmente, en lo que hace; cree en la política, porque, dice, “la política es un arte, de crear, de construir, de inventar nuevos mundos y caminar por ellos”. “Eso es la prosperidad de la moral y de la inteligencia. Y por qué digo de la moral y de la inteligencia, porque ha habido muchos inteligentes y corruptos en la Argentina. Un corazón que no coincida con la inteligencia, una inteligencia al servicio del negocio y de la perversión destruye los países. Solo una inteligencia que coincida con el corazón (a saber, verificación científica de la neurobiología, cerebro izquierdo y derecho, por si me dicen mística) es capaz de construir nuevas conductas.”
Reclama, exige, demanda. Lilita no tiene límites. “Creo que hoy podríamos pedirle solo una cosa a la Presidenta de la República: que no le haga a la Argentina lo que no desearía que le hagan a ella. Que no nos mientan, que no nos roben, que no tergiverse la historia, que nos libere de una vez de la esclavitud de la mentira y de la opresión de la vulgaridad.”
Y apunta sus objetivos al futuro. “Tenemos que abrirnos al mundo y tenemos que ser eje en la región, en esta nueva relación Sur-Sur, que ya es definitiva como tendencia mundial. Qué puede aportar la Argentina junto a la India: la diversidad de la cultura, la diversidad de la cabeza, la diversidad y la creatividad. Pero qué le falta a la Argentina: le falta perseverancia, le falta paciencia, le falta trabajo y le falta mérito.”
“Podemos ser protagonistas si saltamos la historia. La Argentina fue protagonista del siglo XX porque Sarmiento saltó la historia. Seamos protagonistas de la relación Sur-Sur, seamos protagonistas del mundo, seamos protagonistas de la historia. Esto se hace sin miedo, con creatividad, con perseverancia, y con una generación de la democracia gobernando la Argentina”, sentencia y avanza.
La “fiscal” sigue su derrotero de justicia. Suma denuncias, acusa sin temores, exige integridad y la manifiesta. No hay casi funcionario de primera línea del gobierno actual que no esté involucrado, de una u otra manera, en sus denuncias. Algunas de ellas se acumulan en un mismo juzgado. La fuerza de la impronta vale más que las palabras, y las acciones hablan por ella.
Elisa María Avelina Carrió nació en Resistencia, Chaco, el 26 de diciembre de 1956. Está divorciada y tiene tres hijos. Confía en pocos, y los que están muy cerca de ella advierten que es “de carácter muy difícil”.
Hoy apunta a renovar su banca en diputados en las elecciones de octubre próximo, para lo cual primero deberá sortear el escollo de las PASO del domingo. Pero nadie duda que aun cuando no lo lograse, aun cuando se viera obligada a dejar su banca en diciembre, siempre seguirá estando allí, señalando, apuntando, advirtiendo. Convertida, en suma, en la paráfrasis de su propia historia.
Una elección para lucir el traje de fiscal
Por Enrique Colombano
El 87 hirió de muerte los planes de Alfonsín, el 97 lo hizo con Menem, 2001 pulverizó a De la Rúa y 2009 puso en jaque a Cristina. Hablamos de las elecciones de medio término. Esas cuyo resultado positivo a un gobierno le sirven de garantía para profundizar su modelo político, pero que cuando se traducen en derrota, los aproximan al abismo. De la magnitud del traspié, del contexto histórico y de las posibilidades y capacidad de respuesta que tenga el gobernante de turno dependerá cómo transcurrirá sus siguientes días de mandato, y si podrá revertir o no el resultado en las presidenciales siguientes. También, de la habilidad de la oposición para conservar el voto obtenido, presentar propuestas concretas y no atomizarse.
En la Ciudad de Buenos Aires, los comicios legislativos de medio término suelen mostrar tres características particulares. Se vota positivamente, ya que los electores que no comulgan con las expresiones mayoritarias dan rienda suelta a sus deseos, sin la represión de tener que elegir, como suele suceder en las presidenciales, por el denominado “mal menor”. Se vota para premiar a los gobernantes o para castigarlos sin arriesgarse a cambiar, en ese momento, de modelo. Y se vota para controlar que quienes gobiernan a nivel nacional no acumulen demasiado poder.
Así, los comicios de medio término –y sus respectivas primarias, que invitan aún más al voto “positivo” porque allí se juega si una lista alcanza o no el número necesario para competir en la elección por los cargos– son el escenario ideal para la proliferación de candidaturas fiscalizadoras. El último ejemplo lo tuvimos en las legislativas de 2009, en las que Pino Solanas logró un sorprendente segundo puesto y un interesante caudal de sufragios, que al poco tiempo se le diluyó. En el número del semanario Noticias Urbanas inmediatamente posterior a esas elecciones que hicieron tambalear al Gobierno nacional, la politóloga Doris Capurro expresaba lo siguiente: “Los porteños reconocieron en Pino Solanas una opción cómoda, fácil, poco comprometida, que les permitía ser oposición al macrismo y al kirchnerismo al mismo tiempo. ¡El mejor de los mundos para un porteño que se precie de ser porteño! Pino Solanas permitió evitar el sentimiento de culpa por apoyar a un gobierno de derecha y el desagrado de votar al Gobierno nacional, en esta moda opositora (…). Los porteños lograron, de este modo, seguir disfrutando de la comodidad de que Macri, mientras tanto, arregle los baches, sin tener que votarlo”. Una verdadera radiografía social.
Números y preguntas
Si bien este domingo no se juegan las bancas sino su escala previa, sus resultados permitirán prefigurar un panorama hacia octubre. La encuesta de Poliarquía que publicó el diario La Nación el último domingo le otorga a Elisa Carrió un holgado triunfo por sobre las demás listas de precandidatos a diputados que integran la alianza Unen. Con 18,9 puntos, prácticamente duplica a Martín Lousteau (9,6 por ciento), que es quien más se le acerca en votos dentro de ese conglomerado. En relación a los precandidatos de los otros partidos, la encuesta ubica a la lista de Carrió en tercer lugar, detrás de la del macrismo, que encabeza el rabino Sergio Bergman (27,6 por ciento) y la del kirchnerismo, que lidera Juan Cabandié (20,7 por ciento). Según este estudio, menos de dos puntos separan hoy a la chaqueña del candidato K, sin contar lo que ella podría cosechar de los votantes de Unen que apoyan las otras boletas internas. A pesar de haber perdido, según los analistas, algún porcentaje en los últimos días (una encuesta de Giacobbe la marca en retroceso), Lilita ha retornado a los primeros planos en una elección en la que su traje de fiscal calza justo. Y tratará de dar el batacazo en octubre.
Con casi nueve puntos menos de intención de voto, Pino Solanas, su aliado que pelea por representar a Unen en el Senado, también figura tercero detrás de las boletas de Pro y el FpV para estas PASO. Pero, en su caso, la distancia que lo separa de Rodolfo Terragno y Alfonso Prat-Gay dentro de la alianza que los tres integran es exigua. Hoy se especula con que la suma de los tres candidatos principales de Unen se aproxima a 25 puntos, por lo que este espacio podría, en octubre, dejar al kirchnerismo sin su banca porteña en el Senado. Claro que para eso la fórmula que resultara ganadora en Unen –según Poliarquía sería la de Pino, aunque al cierre de esta edición la consultora Analogías, de Analía del Franco, pronosticaba el triunfo de la dupla Alfonso Prat Gay-Victoria Donda– tendría que cosechar la adhesión de todos (o la gran mayoría de) los votantes del conglomerado, cosa que no está garantizada. Igualmente, una luz de alarma se prende en el frente K.
Filmus hoy tiene, según la mencionada encuesta de Poliarquía, un 22,2 por ciento. Bastante similar a lo que recoge Cabandié. Allí, la fuga de votos es muy baja. Gabriela Michetti, en cambio, se corta arriba con un 34,3, obteniendo casi 7 puntos más que la lista de diputados que encabeza Bergman. ¿Habrá un corte de boleta Gabriela Michetti-Elisa Carrió, como señalaron varios analistas apenas se oficializaron las listas? ¿Esto se potenciará en octubre y Lilita se convertirá en la gran ganadora del rubro Diputados, como también se especuló? Y por último: ¿son sufragios con que estas fuerzas podrán contar en el futuro o solo votos de confianza a campañas vinculadas a valores y denuncias, que desaparecerán cuando se jueguen propuestas de gobierno y modelos económicos?