Una importante colección de obras de Auguste Rodin llegó al Museo Nacional de Bellas Artes, en medio de un operativo policial que incluyó seis patrulleros y un fuerte dispositivo de seguridad. "Tenían miedo de que los piqueteros dañaran el camión", aseguró una alta fuente vinculada a la muestra, que se realizará, según lo inicialmente previsto, a partir del 11 de octubre.
La idea de organizar en Buenos Aires una exposición de la obra del gran artista surgió hace aproximadamente un año, luego de una serie de conferencias que fueron dictadas por un importante restaurador francés, perteneciente al Museo Rodin. El experto quedó impresionado por la cantidad de obras del escultor que había en el museo argentino y, a partir de ese momento, comenzó a tomar forma la idea de poner en marcha la mayor muestra de Rodin jamás realizada en Argentina, con obras que serían traídas directamente desde Francia.
"Cuando el jueves llegaron al Museo de Bellas Artes, nadie se quería hacer cargo de nada. Los empleados no sabían adónde ponerlas y no había un curador que se hiciera responsable de su cuidado. Tampoco estaba el director", afirmó a Noticias Urbanas uno de los encargados del traslado de las esculturas. También afirmó que los representantes del Museo Rodin allí presentes se mostraron azorados por la desorganización reinante.
La misma fuente, que prefirió mantener en reserva su identidad, relató: "Hay una escultura de yeso que fue trasladada especialmente desde el taller de Rodin, en Meudon. Generalmente no se la mueve de allí, debido a su fragilidad. Esta vez, las autoridades del Museo Rodin autorizaron excepcionalmente su traslado, porque consideraban que la importancia de la muestra lo ameritaba. Cuando llegó a Bellas Artes, la manipularon de acá para allá sin ningún problema y sin que nadie controlara nada".
Las esculturas del gran artista francés están embaladas aún, a la espera del inicio de la exposición pero, según aseguran en el museo, todavía no se aprobó el presupuesto para la compra de las bases sobre las que deberán ser colocadas. Mientras tanto, la embajada francesa prepara las invitaciones para el próximo jueves 11, en una elocuente demostración de fino optimismo galo. Merci beaucoup.