La ya conocida movida de los “pungas” en el subte traspasó la frontera argentina. En la prensa chilena elaboraron un informe sobre los robos en los subtes no sólo para mostrar el estado de situación en la Ciudad, sino también denunciar que alrededor de 300 delincuentes trasandinos operan bajo esta modalidad. Se suman a los más de 400 que hace algunos meses fueron denunciados por usuarios.
La investigación “pasaje al delito” reveló que en 2010 se puso en evidencia el accionar de los grupos delictivos que operaban en el subte de Santiago de Chile” lo que condujo a que “muchos fueron erradicados y ahora roban en Buenos Aires”.
El periodista chileno Fernando Reyes, que realizó el informe televisivo, relató que “a fines de 2012 se produjo un éxodo masivo de lanzas (así llaman en el país vecino a los pungas) y que “Buenos Aires fue elegida como primera escala internacional de estos delincuentes”, agregando que “la autoridad local certificó esta situación, con subtes en estado de abandono e inseguridad, que se convierte en el paraíso para este tipo de delincuentes”.
Las estaciones subterráneas ubicadas en la zona del Obelisco son el punto de partida.
Clara, una de las fundadoras del grupo que persigue a los ladrones, contó que “la línea D es la favorita de los chilenos, donde se mueven bandas que están instaladas hace meses”.
En una cámara oculta del informe quedó registrado el momento en que uno de los pungas le hace una seña a un efectivo policial. Así, se indica que “los pungas negocian espacios en las estaciones con la policía, y se calcula que pagan entre 300 y 400 pesos por día para trabajar tranquilos”.
Asimismo, se reveló que la gran mayoría de los malvivientes tienen causas por robos y hurtos en Chile.
En el informe aparecen entrevistados varios conductores de las formaciones. Uno de ellos recordó que “trabajan en horas pico” y que pese a que “todos lo saben, actúan con impunidad”.
Otro de los entrevistados expresó que “hay connivencia entre la seguridad y esta gente, porque trabajan con libertad”. “Si te animás, los denunciás por el altavoz, alertando a los pasajeros, pero el conductor se expone”.