Los cifras finales de una encuesta de opinión pueden servir para muchas cosas. Depende de la interpretación que cada lector quiera darle a los fríos números que se arrojan sobre una mesa, habrá quienes se sientan satisfechos de que la realidad coincida “casualmente” con sus conclusiones o existirán quienes se molestarán porque los guarismos no guardan relación con sus expectativas.
Hace unos pocos días, la empresa de estudios de opinión Jorge Giacobbe y Asociados realizó una encuesta para encontrar a las 100 personas más honestas en el imaginario colectivo de los argentinos. Los resultados generales ya fueron publicados, pero existen segmentaciones que es interesante realizar y sobre una de ellas trata esta reflexión.
De la encuesta surgieron los nombres de políticos, religiosos, personas de bien en general, luchadores por los derechos humanos, periodistas y una variada gama de personajes que anidan en la memoria de la sociedad. En esta lista suena interesante extraer los nombre de los argentinos vivos que fueron votados por los entrevistados, como una manera de hurgar -aunque sea superficialmente- en el alma de los compatriotas.
Encabeza la lista en este rubro, por supuesto, el papa Francisco -que la encabeza también en el rubro general-, al cual le sigue Juan Carr -que en la lista original figura séptimo-, el hombre de la Red Solidaria que suele trabajar en la promoción de los más humildes. Una primera reflexión acerca de esta circunstancia sería que los católicos siguen siendo mayoría en nuestro país, a pesar de los ingentes esfuerzos que realizaron y realizan algunos miembros de la Iglesia por desprestigiarla y esto viene a cuento porque Carr se reivindica permanentemente como un católico comprometido, a la vez que no es necesario explicar la implicancia de la presencia del papa Francisco.
Esta afirmación se refuerza porque algo más atrás, octava en este rubro y 25ª en el general, aparece también en la nómina la organización Cáritas, que responde a la Iglesia, también destinada a la promoción de los sectores desfavorecidos de la sociedad.
En el tercer lugar se puede apreciar la presencia de Elisa Carrió -undécima en la lista completa-, que ha hecho de la ética una bandera política e inmediatamente después surge -en el cuarto puesto, 18º en la general- el nombre de Jorge Lanata, que fue el otro responsable de la campaña que resucitó a la chaqueña, ya que puso en el tapete el tema de una supuesta corrupción en el Gobierno nacional que ésta aprovechó para hacer campaña y obtener un buen resultado en las primarias.
Luego, en el quinto lugar y vigésimo segundo en la general, se ubicó el nombre de otro periodista, Nelson Castro, que también apuntaló la campaña de Carrió con sus constantes apelaciones a la corrupción y a una supuesta enfermedad mental que sufriría la presidenta de la Nación.
El militante por los derechos humanos y premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquival -también de extracción cristiana- aparece sexto en este rubro y 23º en la lista general.
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner aparece séptima en esta lista, 24ª en la nómina general. La sola presencia de la primera mandataria obligaría a evaluar que algunas acusaciones como las mencionadas en párrafos anteriores no calaron hondo en la opinión pública, que se maneja con sus propios criterios políticos a la hora de votar, descartando las implicaciones ampulosas de algunos comunicadores.
Después de Cáritas, confirmando la admiración que sienten los argentinos por quienes se comprometen con su prójimo y desarrollan tareas solidarias, aparece novena -29ª en la lista general- Margarita Barrientos, la creadora e impulsora del comedor comunitario del Barrio Los Piletones, ubicado en una de las zonas más desfavorecidas de la opulenta Ciudad de Buenos Aires.
En el décimo lugar y 31º en la lista original, aparece un luchador contra la trata, el titular de la Fundación La Alameda, Gustavo Vera.
Una cosa es clara. De los diez mencionados en la lista, seis se dedican a las acciones de promoción de los más humildes: son ellos el papa, Juan Carr, Adolfo Pérez Esquivel, la organización Cáritas, Margarita Barrientos y Gustavo Vera, lo que significa a la vez un reconocimiento y una crítica. En el primer punto, en la conciencia de los argentinos está marcada a fuego la necesidad de promover la justicia social, una muestra de la fuerte influencia que ejerció y ejerce el peronismo en la construcción del imaginario de los argentinos.
