En el mítico Bar Rodney, el viejo local del barrio de Chacarita, este martes a las 18 se descubrirá una placa que lo declarará sitio de interés cultural, en la esquina de Jorge Newbery y Rodney.
Del acto participarán importantes músicos del rock nacional que frecuentan el bar o que pasaron alguna vez por sus escenarios y el legislador porteño Roberto Quattromano (Pro), informaron voceros del autor del proyecto de ley que lo declaró de interés cultural, el pasado 7 de julio.
La historia del Bar Rodney comenzó en la década del 30 cuando abrió por primera vez como almacén de ramos generales con despacho de bebidas. Dada la cercanía de galpones, fábricas y “La Quema” rápidamente se convirtió en punto de encuentro obligado de conocidos personajes de esos tiempos.
En 1956 sirvió de locación para una película de Ángel Magaña y en 1974 para otra de “Palito” Ortega, mientras seguía funcionando el viejo almacén. Ya en 1978, Ramón Quintana -dueño de la propiedad, aún hoy- decide transformarlo en bar, respetando su arquitectura original.
En 1991, La Portuaria lo inmortaliza con su canción “El bar de la calle Rodney” y el videoclip que filmó en un día cualquiera y con la gente habitué. Al final de esa década, el Rodney cerró sus puertas.
Sin embargo, a principios de 2000, Pappo es quien insistió en reabrirlo y es así como un día después de su entierro, un amigo del “Carpo” se encargó de los trámites para que ese sueño se cumpla.
El mítico bar tiene además de una canción su propia película, “Rodney”, que filmó el director Diego Rafecas. Y en 2005 empieza, sin dudas, la etapa más ligada al rock.
Comienzan allí las ya célebres “Zapadas de los jueves” en las que participan Charly García, Juanse, Gabriel Carámbula, Cristian “Pity” Álvarez, Zeta Bosio y otros populares artistas. Ni los músicos de Rod Stewart, durante su estadía en Buenos Aires, se privaron de pasar un jueves a tocar rock&roll.
Varios comerciales para televisión se filmaron en el Rodney, donde David Byrne realizó junto a Diego Frenkel su video “Hoy no le temo a la muerte” y el mismísimo Francis Ford Coppola, acompañado por Vincent Gallo, fue para conocer el lado B porteño.