Los próximos pasos de Massa

Los próximos pasos de Massa


Aplacada la espuma de la victoria por el ¿inesperado? fallo de la Corte Suprema de la Nación, que declaró constitucional la Ley de Medios, obligó al Grupo Clarín a dividirse y borró de la agenda el cimbronazo electoral, Sergio Massa se encontró con un inesperado tiempo para pensar. Lo que él y su equipo imaginaban como una semana de vuelta olímpica por los medios, se redujo a menos de 48 horas de brindis. Y el nuevo tiempo de reflexión puso sobre la mesa del Frente Renovador un desafío por el que el ahora exintendente de Tigre deberá surfear hasta 2015. ¿Cómo mantenerse en la agenda siendo, como prometió, un diputado raso? ¿Cómo dejar siempre latente la idea de la candidatura presidencial cuando él mismo salió a cuestionar a los que hablan de esa supuesta lejana pelea?

Por lo pronto, un optimista Massa reduce la imposición del calendario. Piensa que el camino hacia la Meca no tiene dos sino un año cuesta arriba. “Hay que pasar 2014, apenas arranque 2015 empieza la campaña”, saca cuentas. En su entorno se preocupan por evitar lo que definieron como “el barro de la política”, la rosca chiquita. Dentro de esa lógica habría que entender su decisión de no dar pelea adentro del PJ bonaerense. “La foto de los perdedores” la llamó Massa, chicanero, por el grupo de intendentes que participan de la interna peronista en la Provincia y fueron derrotados en las urnas por los jefes comunales de su frente.

Por lo pronto, Massa se dedicó en estos primeros días a empezar a darle forma a un interbloque en Diputados, que se acercaría a las tres decenas de integrantes y, de concretarse, sería la tercera fuerza en la Cámara baja, detrás del oficialismo y la UCR. La idea del exjefe de Gabinete de Cristina es tener “tres o cuatro canastas”. Así llama a los diferentes bloques que articularían entre sí y se garantizarían (al estar separados) varias voces en los debates más polémicos en el recinto. El bloque propio del Frente Renovador tendría 19 legisladores. Después se sumarán los extras, en su mayoría peronistas. La relación de fuerzas con este interbloque también le permitiría al massismo pelear por algunos puestos de la estructura legislativa, como una vicepresidencia o cargos en organismos con representación parlamentaria, como el ente de control de medios (Afsca). Cuando lo consultan, Massa hace como que no le importa. ¿No le importa?

No está claro aún quiénes podrían ser los jefes de ese espacio en el Congreso. Graciela Camaño (uno de los pocos dirigentes que se animan a retar en público al flamante diputado) tendrá un papel importante. También el ex Coalición Cívica Adrián Pérez, en el armado de proyectos. ¿Y el experimentado Felipe Solá? En principio, Massa lo preferiría para las recorridas que, en paralelo, piensa encarar por el interior del país, como parte de su proyecto presidencial.

En el Frente Renovador le están dando forma a una idea sobre cómo mantener el perfil del candidato en alto ante la chatura a la que suele conferir el Congreso. Mauricio Macri, por citar un caso extremo, llegó a quedarse dormido en su banca cuando debió someterse a ese suplicio mientras buscaba el Ejecutivo porteño. Con la idea de la campaña permanente, en el massismo imaginan algo así como 100 propuestas o 100 ideas para el año que viene. “Una propuesta cada tres días”, sacan la cuenta obvia y sonríen, como si eso garantizara efectividad.

No está claro si dentro de ese plan, o como complemento del mismo, Massa también seguirá con el operativo “seducción”, sobre todo de intendentes. La lista incluye figuras del kirchnerismo bonaerense, radicales del interior y también encuentros con dirigentes de trayectoria y peso nacional, como Carlos Reutemann. El Lole, reacio a las fotos, se prestó a un par de reuniones previo a las elecciones y Massa le está agradecido. Ambos hicieron migas cuando el extitular de la Anses vivió cerca de un mes en la casa del exgobernador de Santa Fe durante una inundación que sacudió a la provincia. Y pese a que varios ya daban por retirado a Reutemann a partir de 2015, cuando venza su banca de senador, en el Frente Renovador lo anotan con entusiasmo para ir por la reelección de su escaño y traccionar votos santafesinos a una eventual postulación nacional de Massa. Se verá. Por lo pronto, esta semana tenían previsto volver a cenar en la casa del tigrense.

Para fin de año, Massa también proyecta otra incorporación simbólica: la de un radical que hoy ocupa uno de los lugares preponderantes en la estructura formal del partido centenario. Es curioso: mientras la mayoría ubica a Daniel Scioli y el PJ oficialista como el gran rival para 2015, y él mismo dejó claro que no le hará fácil la convivencia en la Legislatura bonaerense, el exintendente cree que una interna potente en la centroizquierda (Julio Cobos vs. Hermes Binner, por caso) puede hacer surgir desde allí un contrincante de peligro. Descartada una interna dentro del PJ y desechada también una contienda previa con Mauricio Macri, Massa por ahora se imagina en las PASO de 2015 solito y solo.

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