Massa elige a Capitanich como el rival K

Massa elige a Capitanich como el rival K


Una de las batallas políticas más fuertes del año que acaba de culminar fue por la hegemonía en la provincia de Buenos Aires. La pelea la ganó Sergio Massa, con el triunfo de su Frente Renovador por sobre el oficialismo, pero la guerra es larga y seguirá teniendo al mayor distrito del país como su campo principal, ya que su gobernador es uno de los presidenciables que aparecen con más chances. Pero no el único.

En el marco de esa disputa hubo novedades por fuera de la Provincia. La Presidenta le dio el poder político al gobernador chaqueño en uso de licencia, Jorge Capitanich, en una especie de comodato coyuntural. Parecería que le hizo un favor a Coqui, pero en realidad se lo hace él a ella: capitanea el país en aguas turbulentas, pone la cara para las malas noticias y le coloca un rival a Scioli –el eterno hijo malquerido de la década kirchnerista– copando el centro de la escena.

Coqui sí, Scioli no. “Prefiero enfrentarlo a Coqui, él consolida el núcleo duro kirchnerista. Además es más genuino, no como Scioli, que es un vende humo”, confiesa Massa durante una de las reflexiones que esboza en alguna de esas largas jornadas que comparte con sus aliados.

El diputado es un fanático de las encuestas y del estudio de la imagen y de la opinión pública. Sabe que Scioli es el hombre que puede alejarlo de su sueño presidencial porque encarna la pata dialoguista y centrista de un kirchnerismo maximalista, radicalizado y disruptivo. El exmotonauta logró confeccionar una imagen de sí mismo que seduce al electorado que quiere un cambio moderado, más en lo político que en lo económico.

Massa sabe que la mayoría de la gente no quiere una ruptura total con “el modelo” sino retocar ciertas variables, contener la corrupción y el desmadre institucional y, ante todo, acabar con la crispación política. Esa es la famosa “gran avenida entre los extremos” que proclama Massa, porque sabe que es música para los oídos de buena parte de los argentinos, al menos hoy por hoy.

Scioli, increíblemente después de casi once años de alianza con Néstor y Cristina Kirchner, también parece representar eso para muchos. Por eso Massa lo quiere fuera de la cancha y lo eligió como el hombre al que hay que desgastar.

“Lo quiero ir matando en el camino. Por eso quiero aprobar el Presupuesto pero sin endeudamiento externo ni aumento de impuestos”, se lo escuchó decir a Massa durante las negociaciones que encabezó en la dura puja que tuvo lugar en La Plata en noviembre último por el Presupuesto bonaerense, el segundo en importancia del país.

Esa disputa, que terminó cuando el gobernador fue en persona a Tigre a negociar una salida, fue el prólogo de la que vendrá en 2014. El objetivo será esmerilarlo a Scioli exhibiendo los talones de Aquiles de su gestión, ante un silencioso y regocijante kirchnerismo duro que no hace fila para defenderlo.

En ese sentido, las espadas massistas mostraron en noviembre lo que son capaces de decir y hacer para lograr el cometido de su jefe. “Quieren deuda para la publicidad de Scioli”, dijo el senador provincial (exsciolista) Cacho Álvarez. “Scioli es Pimpinela, farándula y fotos con famosos mientras en la Provincia nos matan”, afirmó el también senador Jorge D’Onofrio. “Al gobernador se le está destiñendo el naranja con el que tapaba los problemas de su gestión”, disparó el intendente José Eseverri.

Los ataques apuntan a todos los golpes bajos que el cristinismo en su momento le propinó a Scioli. Es su obsesión por la imagen y la propaganda, sus favores a empresas mediáticas y su flaqueza en la gestión lo que el massismo sacó a relucir y continuará haciendo.

Aparecieron los sondeos. Tres encuestas de diferentes consultoras que se dieron a conocer en las últimas semanas ubican a Massa encabezando las preferencias para suceder a Cristina Kirchner en 2015, con porcentajes que rondan el 25 por ciento. El segundo puesto es del gobernador. Un lugar que no debe disfrutar, sobre todo cuando supo estar primero hasta hace poco.

Será por eso que comenzó un raid televisivo en los últimos días del año y hasta a mostrar algunos cambios gestuales, como forzar una sonrisa intermitente mientras repite sus eslóganes de siempre. Incluso, cuestionó días pasados a Massa y lo calificó de “comentarista de situaciones”.

En el sondeo de la consultora Raúl Aragón y Asociados se mide a Capitanich, que ya cosecha un 4,8 por ciento, aunque habría que ver si trepa con el apoyo explícito del aparato oficialista. Su fuerte está en el NEA, donde Massa es menos conocido pero empieza a remontar. Desde el FR, sin embargo, cuentan con orgullo que en Tucumán, provincia del NOA, ya pelea el primer lugar de las preferencias.

A pesar de que Capitanich tenga su base de poder lejos del puerto, sabe que sus máximos rivales de cara a 2015 residen en la pampa húmeda. Aunque algunos competidores del mañana en realidad puedan ser aliados tácticos del hoy.

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