Iván Petrella es, además de flamante legislador de Pro, una de las figuras que Mauricio Macri eligió como gladiadores intelectuales de su fuerza política.
“Estaré en la batalla por las ideas”, anuncia este teólogo a la hora de describir su rol en la construcción del macrismo de aquí a 2015. En ese marco, el de las ideas, desafiará en la entrevista con NU el sentido común que plantea que a la Argentina solo puede gobernarla el peronismo, desmenuzará las palabras “gobernar” y “gestionar” y explicará por qué Macri puede ser presidente de la Argentina sin ser justicialista.
“Gobernar la Capital no solo es gestionar sino también tener una visión de ciudad, que es tener una visión de país. Y esa visión implica un líder que quiere construir consensos democráticos, no uno mesiánico que supuestamente encarna la voluntad del pueblo y se niega a dialogar. La construcción de consensos, que implica un fortalecimiento de las instituciones, es toda una definición política”, asegura.
Director académico de la Fundación Pensar, el tanque de ideas del macrismo, este intelectual defenderá también la inclusión –polémica para muchos– de actores y deportistas en el armado de Pro. “La política no tiene que ser solo de los políticos, porque es demasiado importante como para que no nos involucremos todos. Si una persona es honesta y conoce el valor del esfuerzo, como podría ser el caso de Baldassi o Mac Allister y también el de Del Sel, que son ejemplos de personas a las que nadie les regaló nada, y además sabe escuchar, es un golazo para la política”, afirma.
–Pero, ¿no hace falta que esa persona también sepa gestionar?
–Si tiene la humildad para saber escuchar, se rodeará de personas que le den la experiencia de gestión que a él le falta.
–¿No le preocupa a Pro la posible unión de Sergio Massa con Daniel Scioli, que estuvieron coqueteando en estos días? Se lo pregunto porque con Massa comparten la misma clientela electoral.
–Nosotros tenemos una filosofía y es la de los estoicos.
–¿Y qué dirían los estoicos?
–Que nos preocupemos de nuestra propia construcción política, que es sobre lo único que tenemos capacidad de acción: no podemos influir en lo que otros hacen o dejan de hacer, pero sí en lo que hacemos nosotros. La idea es fortalecernos nosotros para ofrecer lo mejor. Y te doy dos ejemplos: Macri hizo una gestión exitosa en la Ciudad en condiciones muy adversas. Y ha hecho cosas muy positivas. Todos sabemos, sin embargo, que para avanzar en los problemas estructurales, como la salud, la vivienda y la educación, es necesario hacerlo en conjunto con la Nación. Aun así, la Ciudad firmó convenios con los países y Estados con el más alto nivel educativo del mundo, con Finlandia, Massachusetts y Ecuador, y los está desarrollando a través de programas de innovación pedagógica en escuelas del sur de la Ciudad, donde están los sectores más vulnerables. Es decir, la escuela pública de la Ciudad puede nutrirse de herramientas que usan los Estados con mayor calidad educativa.
–¿Se puede ser presidente de la Argentina sin ser peronista y tener una construcción fuerte en la provincia de Buenos Aires?
–Son dos cosas distintas. Cuando yo salía a hacer campaña y a hablar con los vecinos de la Ciudad, muchos me decían esto que vos planteás: “A este país solo lo gobierna el peronismo”. Y yo les repreguntaba: “¿A qué llama usted gobernar?”.
–Bueno, en general la gente en la Argentina llama gobernar a terminar un mandato, a que la economía no se desmadre. Y si miramos la historia reciente, observamos que las dos veces que no gobernó el peronismo sucedió eso. Es cierto, también, que el peronismo durante el gobierno de Alfonsín también contribuyó poniendo palos en la rueda.
–Si la idea de gobernar es solo ser capaz de terminar un mandato, es poco ambiciosa. El gobierno también se mide por sus resultados. Si pensamos que el peronismo gobernó casi siempre la Argentina y miramos los resultados, la verdad que muy buenos no son. La pregunta que deberíamos hacernos, en cambio, es: ¿nos gusta cómo estamos? Y si no nos gusta, ¿por qué seguir con lo mismo? En cuanto a la provincia de Buenos Aires, estamos trabajando en ese desafío hacia 2015. Todavía no hay nada claro.
–Lo que está claro es que Massa, que tiene un perfil parecido a Macri, ganó en la provincia, y ese no es un dato menor.
–Bueno, por eso decía: son dos caminos. Por un lado, generar un candidato interesante, y en eso estamos: María Eugenia Vidal o Jorge Macri son dos figuras potables, y va a haber más. Y también está el hecho de que en la Ciudad trabajan seis millones de personas, pero solo la mitad duerme en ella.
–¿Y entonces?
–Bueno, entonces eso significa que mucha gente del conurbano viaja en nuestro transporte, –el de un gobierno que ha optado por apostar al metrobús y la bicicleta como las vías de movilidad más democráticas–, se cura en los hospitales porteños, asiste a los centros educativos de Capital y también trabaja aquí. Eso implica que, si las políticas públicas en torno a esas áreas son buenas, eso redundará, como ya lo está haciendo, en la imagen positiva de Macri a nivel nacional. Mauricio ya tiene una muy buena imagen en el conurbano, que queremos apuntalar con la gestión porteña.
–¿Cómo evalúa el momento del kirchnerismo, con una presidenta que no apareció en público durante más de un mes? Desde la oposición hablaron de vacío de poder y desde el oficialismo de cambio de estrategia.
–Y… estaría bueno que la Presidenta encontrara un punto intermedio entre estar en la cadena nacional todos los días y desaparecer por completo. Porque, la verdad, suena raro. Y además necesitamos información, un insumo con el cual este Gobierno tiene problemas. No la da o, cuando la da, miente. En ese contexto, que la Presidenta no apareciera, no suma. En cuanto a los años que nos quedan, no creo que haya grandes cambios: habrá poco crecimiento en un marco inflacionario.
