La política se nutre de ciclos, entendidos como momentos particulares, tendencias que van ensamblándose unas con otras en el proceso político, el cual en definitiva es incontrolable por un único actor.
La anticipadísima precampaña electoral, que nos hace testigos de la gradual pero continua construcción de los postulantes a todos los cargos ejecutivos que renuevan en 2015, se viene balanceando entre la “provincialización” (en realidad, “bonaerización”) y la nacionalización.
Esto no es antojadizo sino que deriva del hecho que los dos principales aspirantes presidenciales, Sergio Massa y Daniel Scioli (cuyas intenciones de voto sumadas arañan casi la mitad del electorado), comparten el mismo campo de batalla y la mayor parte de armado se asienta en el mismo distrito, que es la provincia de Buenos Aires. Pero a su vez la meta que ambos tienen es nacional y la principal jugadora del tablero, la Presidenta, impone la agenda en ese terreno. El curso político se mueve entre estos vaivenes.
Cimbronazos en La Plata
Aunque algunos de sus principales operadores consideren que esta provincialización de la agenda no le conviene, Massa encara desde comienzos de mayo una estrategia para arrinconar al gobernador con el ariete de la renovación (el proyecto de freno a la reelección indefinida de intendentes y ampliación de la autonomía municipal) contra el statu quo que representa, quién si no, Scioli.
A la batalla contra el anteproyecto de reforma del Código Penal (tema nacional), el Frente Renovador ahora le sumó una disputa política por imponer su intento de reforma política (asunto provincial), que ya comenzó a repartirse entre las comisiones correspondientes del Senado bonaerense y que para tiempos del Mundial ya debería ser tratado en el recinto.
La Cámara alta no fue una elección aleatoria. Allí el massismo se constituyó a fuerza de votos y cooptaciones en la primera minoría, dejando al kirchnerismo-sciolismo en segundo lugar y solo con posibilidad de superar al FR si logra sumar a la banca de Nuevo Encuentro y a la de Mario Ishii (monobloque por la Primera Sección). En el Senado, además, la Comisión de Reforma Política es presidida por el cuñado de Massa, Sebastián Galmarini, algo que les garantiza celeridad y evita el cajoneo.
El debate que provocó esta iniciativa también desnudó ciertas inconsistencias, como el hecho de que la renovación obligatoria de alcaldes recién alcanzaría a quienes sumen dos períodos para 2019. “No existe el efecto retroactivo por mandato constitucional”, se defendía ante Noticias Urbanas uno de los massistas que defienden el proyecto. Sin embargo, tal vez falta un gesto político que acompañe la letra de la ley, especialmente en un espacio repleto de intendentes que gobiernan hace demasiados años sus municipios.
Por el momento, el debate decayó pero probablemente retome intensidad cuando los legisladores tengan que definirse. Los bloques de la UCR adelantaron que votarán a favor en ambas cámaras, lo que le daría una media sanción segura en el Senado pero no alcanzaría para ganar en la Cámara baja.
Rebotes en Provincia
La construcción de liderazgos y la carrera por cargos en el mayor distrito del país está influenciada enormemente por los coletazos de las construcciones nacionales, tal vez como en ninguna otra provincia del país.
Es así como una movida del diputado nacional por Buenos Aires, Facundo Moyano, como la de fotografiarse con Mauricio Macri, repercute en la campaña nacional massista. El gremialista del peaje pidió al Jefe del Gobierno porteño una reunión a solas en la que lo taladró a preguntas y que le fue útil para enviar en paralelo un mensaje a su (hasta ahora) amigo y aliado Massa. El subtexto sería hacer saber que él cuenta con otros carriles para circular que no son los del FR.
El menor del clan Moyano tiene previsto hasta fin de año recorrer todo el territorio bonaerense para levantar el perfil, seguir exhibiéndose como un autónomo y prepararse para poder elegir qué cargo disputar en 2015. Todo parecía indicar que su suerte se ataría a la del Frente Renovador, hasta que desavenencias con el exintendente de Tigre lo hicieron empezar a mirar hacia los costados.
“Es un mensaje para nosotros, en esto nada es casualidad. Pero sabemos que ese chico está limitado por su padre y ahora querrá levantarse el precio”, dijo uno de los mandamases del comando de campaña massista sobre Facundo Moyano, cuyo sueño es, entre otros, ser intendente de su Mar de Plata natal alguna vez. Habrá que ver si lo termina siendo por el FR.