“Kalki”, así se hace llamar el neonazi Alejandro Carlos Biondini, quien en los últimos días salió a defenderse del repudio de la DAIA al otorgamiento de la personería jurídica definitiva efectuada por el juez de la causa Ciccone, Ariel Lijo, a su agrupación política “Bandera Vecinal”.
¿Qué significa “Kalki”?. O mejor dicho, ¿quién era “Kalki”?. En las tradiciones hindúes Kalki es la décima y última encarnación (avatar) del dios Vishnú de acuerdo con Garuda puraṇá y, la vigesimosegunda según el Bhāgavata puraṇá.
Según el Bhagavata puraná, “Kalki vendrá al final de kali iugá —la era del demonio Kali (que no se debe confundir con la diosa Kalí)— montado en un caballo blanco, blandiendo una espada para matar a toda la humanidad (que estará completamente degradada) e iniciar una nueva satiá iugá —la era de la verdad— con los sabios que se han conservado puros en los Himalayas”.
A confesión de partes, relevo de pruebas.
De todos modos, Biondini (padre) insiste en diferenciarse del espectro neonazi que, sin disimulo, representa. Y denuncia haber sido proscripto durante 21 años, viéndose imposibilitado de ejercer “sus legítimos derechos políticos y electorales”.
Incluso, en su sitio oficial, el dirigente nacionalsocialista elige compararse con el ex presidente Juan Domingo Perón: “Es importante destacar que lo que ha ocurrido durante décadas contra Alejandro Carlos Biondini no registra antecedentes contemporáneos en el país, y remite necesariamente a la proscripción y persecución que sufriera en su momento el Tte. General Juan Domingo Perón por parte de distintos gobiernos de facto y pseudo-democráticos”, reza en una suerte de presentación ante la comunidad cibernética.
En su Facebook, Bandera Vecinal publicó, el último 2 de enero, el “Código del Militante”.
Se trata de doce puntos fundamentalistas que no dan espacio a ningún tipo de desacuerdo. Como bien queda explicitado en la regla número siete, que reza: “mi libertad es la obediencia”.
Sin embargo, y a pesar de lo que esta regla implica, no termina de ser la más controvertida del código. Ya que el mismo enumera: Mi Honor es la Lealtad, Mi Evangelio es la Doctrina, Mi Hogar es el Movimiento, Mi Hermano es mi Camarada, Mi Orgullo es mi Pueblo, Mi Fuerza es la Fe, Mi Libertad es la Obediencia, Mi Consigna es Combatir, Mi Amor es para Argentina, Mi Furia es para sus enemigos, Mi Vida es la Revolución y Mi Muerte es un Acto de Servicio.
Vale destacar que, como muchas agrupaciones políticas, Bandera Vecinal cuenta con un instituto de formación política denominado “Escuela Superior Nacionalista”. Donde con este código se adoctrina a quienes estén interesados en convertirse en “nuevos líderes” del nacionalismo argentino.
Desde los tecnicismos, la agrupación que Alejandro “Kalki” Biondini conduce, cumple con los requisitos pertinentes, tal como indica el fallo -de primera instancia- del juez Ariel Lijo, pero ¿alcanza con sólo contar con los requerimientos legales?
A través de su firma, el magistrado puso a disposición de un personaje que reivindica a Adolf Hitler y su doctrina, una herramienta de la democracia. Un sistema que esta fuerza no parece respetar.
Ya en 1991, la por entonces directora de Directora de Derechos Humanos de la Nación, Alicia Pierini, había denunciado a Biondini ante el Juzgado Federal Nº 4, entonces a cargo de la jueza Berraz de Vidal, por violación de la ley antidiscriminatoria número 23.592 y apología del crimen art. 213 del código penal entonces vigente.
Luego, en marzo de 2009, la Corte Suprema de Justicia resolvió negarle la personería a otra agrupación conducida por “Kalki”, el partido “Nuevo Triunfo”, que tras el revés judicial fue disuelto. ¿El motivo? Violación a la ley antidiscrimantoria por la cual Biondini ya había sido denunciado.
Al parecer, para el juez Lijo, la reincidencia no aplica.
No obstante, diputados nacionales del Frente para la Victoria, con Carlos Kunkel a la cabeza, expresaron su “más enérgico repudio y preocupación” ante el fallo judicial de quien lleva las riendas de la causa Ciccone.