Previo a pisar suelo argentino habrá tenido una reunión con Fidel y Raúl Castro –ex presidente y actual- en La Habana y apenas unas horas después de su reunión con la presidenta, Cristina Kirchner, viajará a Río de Janeiro, a encontrarse en la final de la Copa del Mundo de fútbol con la mandataria brasileña Dilma Roussef.
La llegada de Vladimir Putin genera una gran expectativa en los círculos políticos y empresarios. En tanto que, en las calles de la Ciudad ya se palpita su arribo, al verse empapeladas con afiches alusivos que llevan la firma de la mítica agencia de comunicación política, “Equipos de Difusión”.
El mandatario ruso firmará convenios en Casa de Gobierno con Cristina Kirchner sobre temas energéticos (como Atucha III y represas hidroeléctricas); de justicia, acerca de criminalidad y extradiciones, y en temas comunicacionales. Un dato significativo es que la cadena Russia Today pasará a formar parte de la programación de la Televisión Digital Abierta. Luego se brindará una cena en su honor en el Museo del Bicentenario a la que asistirán todos los gobernadores e invitados especiales, entre ellos los presidentes Evo Morales, Nicolás Maduro y José Mujica.
La sorpresa fue la suspensión de la recepción en el Senado, lo que constituye un nuevo revés para el vicepresidente Amado Boudou. Otra de las recepciones que se mantiene en suspenso es la del jefe de Gobierno Mauricio Macri. Aunque fuentes propias aseguran que Putin recibirá en una breve ceremonia las llaves de la Ciudad de manos de Macri, tal como Noticias Urbanas adelantó hace más de un mes. Al parecer, esto fue lo máximo que el jefe de Gobierno pudo conseguir. En pocas palabras, “tendrán su foto”.
El tema clave del viaje es el comienzo de un polo de poder ruso en América Latina adonde llegan con una interesante estartegia de negocios. La Rusia comunista antes financiaba a pérdida su política en estos territorios. Ahora, la Rusia capitalista, viene en otro plan.
La herramienta vital de la que dispone el mandatario euroasiático para su objetivo es el intercambio comercial: pretende elevar el comercio con Argentina por encima de los 3.000 millones de dólares –hoy en 1.700, con un déficit de 1000 millones para nuestro país- y el de Brasil hasta los 10 mil millones. La punta de lanza será el desarrollo energético, con principal hincapié en la energía nuclear.
Para la Argentina no es un visitante más: Rusia es una de las mayores potencias del mundo, con el territorio más vasto del Planeta y cursó una invitación para que el país participe de la próxima cumbre de los BRICS –potencias emergentes, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- que se realizará el 14 y 15 de julio en Fortaleza. Tras esa reunión Putin se reunirá con varios mandatarios latino y centroamericanos, entre ellos Maduro, Mujica, Morales, Bachellet, Fernández de Kirchner y Correa entre otros
En ese entramado conforman un cuarto del producto bruto y casi la mitad de la población –y su consecuente mano de obra- de todo el mundo. Pequeños detalles que colocan al BRICS como un destino de magnitud para la Argentina, la región y sus anhelos de desarrollo.
Aunque no se animen a decirlo, los funcionarios –y empresarios- argentinos desean ingresar como miembros estables. Desde China, la economía más importante del grupo, ya han informado sus intenciones de apoyar la incorporación argentina, según anuncia la agencia Télam. Sin embargo según fuentes reservadas de Noticias Urbanas, podemos confirmar que no están dadas las condiciones en esta ocasión para sumar a ninguna nación al grupo BRICS. El propio Putin contestó con evasivas esta misma pregunta antes de salir de Moscú. “Preferimos teminar de encuadrar las relaciones de los actuales miembros” definió.