La escuela Ingeniero Delpini de Villa Lugano retomó las clases este miércoles con custodia de Gendarmería, un helicóptero y un destacamento móvil en la esquina del colegio, tal como había prometido el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, tras la suspensión de las actividades por la ola de delitos y el crimen de una joven que derivó en el desalojo del asentamiento Papa Francisco.
Los padres del Delpini, que hace 14 días acordaron suspender las actividades hasta que haya soluciones concretas contra la inseguridad, advirtieron que la medida es “una aspirina para un cáncer” y exigieron respuestas del gobierno porteño.
Una docente de la escuela, de nombre Alicia, destacó la intervención de las autoridades nacionales al asegurar que hubo “varias reuniones con el gobierno de la Ciudad, pero esta propuesta fue la primera respuesta concreta, ya hay un puesto de Gendarmería en la esquina”.
“El crimen de la alumna López fue el disparador de una situación de inseguridad que venía desde hace años con los alumnos de la escuela. A partir de este lamentable hecho los padres y docentes dijimos basta”, sostuvo en declaraciones a la prensa.
“Estábamos cansados de ver a los chicos llegar al colegio golpeados y lastimados para robarles sus mochilas o sus celulares. Muchos de ellos nos contaban que eran pateados en el piso, de casualidad no murió nadie”, agregó.
En tanto, Cristian Bentivenga, padre de un alumno de la escuela Armada Argentina, que también suspendió las clases una semana, sostuvo que las medidas que adoptaron las autoridades son “una aspirina para un cáncer que tiene la sociedad argentina, que se llama seguridad. Lo de la garita es una aspirina”.
“Tampoco es la forma llevar a mi hijo de la mano de un gendarme a la escuela”, cuestionó en declaraciones radiales.
El vocero de los padres reclamó que “baje alguien de Ciudad”, al asegurar que “hasta ahora, no tuvimos la suerte de reunirnos con ningún funcionario de la Ciudad, ni del ministerio de Educación ni del de Seguridad”.
El hombre reclamó a las autoridades nacionales y porteñas que la seguridad sea “un tema de todo el arco político” y consideró que “no puede haber oposición-oficialismo, porque nos están matando”.
