Un PASO hacia la boleta única

Un PASO hacia la boleta única


La Ciudad de Buenos Aires avanzó desde 1994 en distintos planos en relación a su autonomía. Pese a esto, es escaso el avance en materia de legislación electoral y pareciera que otra vez la Ciudad quedará relegada en esta asignatura. Mientras la mayoría de las provincias se apremian a la sanción de leyes que permitan definir candidaturas provinciales y locales vía las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), la Ciudad aún no reglamentó ese mecanismo, venciéndose todos los plazos legales dispuestos para ello.

Las PASO, tal como se aplican a nivel nacional, permiten dirimir candidaturas y dan a la sociedad la posibilidad de elegir quien los representará por cada lema o partido político en las elecciones generales. Son un sistema transparente de elección de candidatos que alienta la competencia interna, pero que también promueve la participación de la ciudadanía.

La boleta única, es por su parte, otra herramienta que facilita el acto electoral, que promueve la transparencia y la equidad en la competencia. Este sistema lo aplican la mayoría de los países del mundo, y en Argentina ya se aplica en las provincias de Santa Fe y Córdoba.

La incorporación de ambos sistemas se aprobó en la Legislatura en Diciembre pasado con el objetivo de avanzar en la modernización institucional de la Ciudad. Así las cláusulas transitorias I del Anexo I y I del Anexo II de la Ley 4894 establecían que ambos sistemas serían aplicados en las próximas elecciones.

De esta forma, la Ciudad daba un paso más hacia su efectiva autonomía, pero sobre todo, aplicaba un nuevo sistema en materia de emisión del voto y de elección de candidatos favoreciendo la transparencia, la apertura, el aliento a la competencia y la participación ciudadana.

El PRO que permanente difunde un mensaje sobre la necesidad de avanzar en la reforma política, hoy especula con sus necesidades electorales –al estilo del Gobierno Nacional- y la candidatura presidencial del Jefe de Gobierno, y no ha reglamentado aún dichos artículos, cuyo plazo expiró el pasado 28 de Agosto. Resta ahora saber cuál será la respuesta del oficialismo y esperar adivinar cuál será el corpus legal que rija las próximas elecciones.

La Ciudad queda presa, una vez más, de intereses partidarios. Para peor, los rumores respecto de una posible unificación de la elección local con la nacional, representan otro retroceso y concesión de una autonomía todavía renga.

Es imperioso pensar hoy en estas nuevas herramientas, para consolidar un sistema electoral más transparente y más abierto a la participación ciudadana, para dar lugar a una nueva generación de votantes y dirigentes como así también a una nueva forma de ver, hacer y participar en política.

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