"Se aconseja no difundir donde están instalados para evitar que los destruyan". La frase no se refiere estructuras secretas o prohibidas sino a dos semáforos sonoros para no videntes que en la última semana fueron demolidos a palazos por vecinos a los que "les molesta la chicharra".
Así lo indica un informe de la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Roberto Feletti. Allí se precisa que los semáforos aparecieron destrozados luego de recibir quejas por el ruido nocturno que generan y que otros vecinos denunciaron que aquéllos que antes protestaban ante los funcionarios porteños decidieron pasar a la acción. En tanto, durante los festejos de los simpatizantes de Boca por la obtención de Copa Intercontinental se habían roto otras instalaciones para no videntes.
Feletti participó este miércoles en la inauguración de dos nuevos semáforos sonoros en Boedo, los cuales ayudarán a 130 adolescentes y adultos no videntes y con visión reducida que concurren a una escuela especial. De los 3.500 semáforos que hay instalados en la Ciudad de Buenos Aires sólo nueve son sonoros, motivo por el cual la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento Urbano lanzó un plan para ampliar las instalaciones que sirven para la integración de las personas no videntes.