El debate que se llevó a cabo en la sesión de este jueves para tratar el proyecto K de trasladar la estatua de Colón al espigón Puerto Argentino, ubicado en la Avenida Costanera Rafael Obligado frente al Aeroparque Jorge Newbery, terminó acaparando la atención de todos. En especial el cruce entre las legisladoras Susana Rinaldi y María Eugenia Estenssoro -“dos amigas que se quieren y respetan”- como ellas mismas se encargaron de aclarar.
En primer lugar hizo uso de la palabra la legisladora por Suma+Unen, Estenssoro, quien atacó la medida de trasladar el monumento, habló de la importancia que tiene como obra arquitectónica y de la “persecución de la ONG Basta de Demoler”. Como el discurso parecía no importarle a varios y el murmullo de charlas entre legisladores crecía; la diputada se despachó diciendo: “Me gustaría que los legisladores del Pro escucharan lo que digo”. Y sin importarle lo que opinaran sus colegas de su discurso, siguió atacando el proyecto por “jugar con la sangre italiana” y poniendo énfasis en que todo se trataba de “un pacto PRO-K”.
El debate siguió con otros discursos, hasta que pidió el uso de la palabra la aún legisladora por el bloque del Frente Progresista Popular, Susana Rinaldi, quien visiblemente contrariada arrancó diciendo: “Quiero hablar por lo que dijo la legisladora Estenssoro a la que respeto. Pero me llama la atención este despropósito que existe en atacar todo lo que suene a acuerdo”.
La diputada ponía su enojo en las constantes y acaloradas críticas de varios legisladores que pusieron en la misma bolsa a los kirchneristas y a los macristas acusándoles de sellar un pacto para votar algunos temas.
“Descubro que algunos tienen un empeño por ser fanáticos y yo digo que sean bienvenidos los acuerdos que sirven para hacerle bien a la ciudadanía. Y a mí me llaman ‘la Tana’ porque así me bautizó la gente con su cariño; y no soy un panqueque como dijo Bodart porque si lo sería por cambiar mi voto, él también sería un panqueque porque también lo cambió. Por eso hay cosas que me hieren profundamente”, se despacho Rinaldi.
El discurso recibió los aplausos de un grupo y acto seguido el vicepresidente segundo de la Legislatura, Juan Carlos Dante Gullo, le preguntó a Estenssoro si quería responderle a Rinaldi, lo que molestó a algunos, que mostraron su descontento con un murmullo desaprobatorio. Rápido de reflejos, Gullo le pidió que fuera breve y una vez que Estenssoro dijo que sí, arrancó su discurso diciendo: “Yo también quiero decirle que la quiero y la respeto y que la admiro desde mi juventud cuando la ví en París en mi época de estudiante”. Al ver que Estenssoro amagaba con alargarse, Gullo volvió a intervenir y le reiteró que sea breve.
“Sí, voy a ser breve. Pero quiero decir que si hablamos de fanatismos, hay que decir que la Presidenta de la Nación es una fanática…”, frase que no pudo concluir por el tremendo abucheo que recibió de las gradas y de varios de sus colegas, que de esa manera dieron por terminado el discurso de Estenssoro y como si nada hubiera pasado la palabra fue cedida al próximo legislador.
