Desde Autopistas Urbanas (AUSA) explicaron que la reja anterior es reemplazada por un cerco que tendrá una base de hormigón de 65 centímetros de alto y se colocará una reja de más de dos metros.
Señalaron además que se trabaja sobre un tramo de 550 metros de largo, en el sector en el que la villa y la autopista están al mismo nivel, después de la salida a Avenida Castillo.
Con la construcción del cerco nuevo, se descartó la idea de colocar un muro perimetral, que se había debatido después de que varios automovilistas denunciaran agresiones.
Aunque desde el Gobierno porteño se mencionó la posibilidad de levantar un cerco similar a la malla de protección que protege la curva del distribuidor vial de las autopistas 25 de Mayo y 9 de Julio Sur ante las críticas se decidió avanzar con el cerco que tiene una malla metálica más cerrada y más alta, por lo que también es más difícil de vulnerar según informa el diario Clarín.
Los trabajos, de los que participan integrantes de las cooperativas de la villa 31, se realizan fuera de la hora pico de la mañana para minimizar el impacto en el tránsito por lo que se realizan obras de lunes a viernes entre las 11 y las 19. Los sábados, con un caudal de vehículos considerablemente menor, las tareas empiezan a las 8 de la mañana y se extienden hasta las 18.
De esta manera, se descarta la idea de colocar un muro perimetral, que se había debatido después de que varios automovilistas denunciaran agresiones. Incluso, a pesar de que se denunciara en los medios cómo algunas personas tiraban piedras a los automovilistas con el fin de que detuvieran la marcha para asaltarlos.
Además de estos ataques, por la cercanía de las construcciones con la traza de la autopista, se puede observar mucha gente que cruzaba la autovía a pie y hasta juguetes desparramados sobre el asfalto y ropa que estaba puesto a secar en los alambres del cerco y se volaba. Algunas de las construcciones de la villa, que ya superan los 6 pisos, están apoyadas contra las bases de hormigón del alambrado.
En varios sectores, como en el que se está colocando el cerco, la autopista corre a través de la villa. Más allá de la problemática de los robos, los especialistas coinciden en que es alto el riesgo para la seguridad vial. Y no sólo por los objetos que se vuelan o quedan tirados en el asfalto, también porque los vecinos queman basura que disminuye la visibilidad y hasta cruzan la autopista a pie.