La apuesta por la Policía Federal

La apuesta por la Policía Federal

Por Antonio Lizzano

Por lo que le cuesta desarrollar la Metropolitana, el Pro apuesta de nuevo por el pase a la Ciudad de la Federal con los recursos. Pero no lo quieren hasta después de las elecciones.


La combinación de jugar con fuego y con armas a la vez no es aconsejable. No solo porque el Diablo puede meter la cola, sino porque es casi seguro que el Diablo actúa como autor intelectual de esas acciones. Tanto Nación como Ciudad parecen estar empeñados en jugar con fuego en lo relacionado al tema de la seguridad. Sin percatarse (o, lo que es peor, haciendo una interpretación apurada y para salir del paso) del reclamo mayoritario de más seguridad que hace la ciudadanía. Las chicanas entre el ministro de Seguridad de la Nación, Sergio Berni (ver recuadro), y la plana mayor del Gobierno de la Ciudad sacuden por oleadas los medios de comunicación sin que el cruce verbal y pirotécnico termine de hallar una solución al tema del traspaso de la policía a la órbita de la Ciudad.

La última pelea pública se produjo a comienzos de septiembre, cuando Berni amenazó con sacar a los efectivos de la Policía Federal (PFA) que estaban en las comunas donde actúa la Policía Metropolitana (PM). Esto significaba dejar sin policías federales a 14 barrios de la Ciudad de un día para el otro, ya que la Metropolitana se encuentra en tres comunas: la 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), la 15 (Chacarita, Villa Crespo, La Paternal, Villa Ortúzar, Agronomía y Parque Chas) y la 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya). Los colaboradores más cercanos a Berni llegaron a deslizar, por lo bajo, que el enojo del funcionario lo llevó a analizar, por un momento, la posibilidad de quitar los efectivos de la Federal que actúan en toda la Capital Federal. Según Berni, su malestar se debía a que estaba cansado de no poder encontrar al ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, cada vez que había un conflicto. Y que por eso le pidió al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, que lo echara por “vago”. A la velocidad de la luz, Macri calificó de “unilateral” el intento y remarcó que la Procuración de la Ciudad estaba preparando una medida de amparo, aunque aclaró que esperaba lograr “un espacio de diálogo y una mesa de trabajo que con el tiempo necesario logre el traspaso de la policía”. Lo que dejó mal parado a Berni fue que su amenaza no había sido consultada con la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien rápidamente lo desautorizó, ya que venía trabajando en un acercamiento con la Ciudad en temas comunes. “Aunque el del traspaso de la policía no era uno de ellos”, le aseguró a Noticias Urbanas un político que conoce al detalle los temas que unen a la Ciudad y a la Nación.

El propio Macri dejó en mala posición al secretario de Seguridad K cuando dijo que había hablado con la Presidenta por el desalojo del barrio Papa Francisco y que no le había dicho nada de sacar a la Federal de las comunas donde estaba la Metropolitana. “Lo que existe entre Nación y Ciudad es una pelea que está muy lejos de solucionarse y que se utiliza políticamente cada vez que se habla del tema de seguridad. Porque ninguno de los dos quiere pagar los costos y por eso el traspaso se retrasa. Por un lado, el Pro dice que quiere la policía pero en los hechos eso está en duda, porque la Policía Metropolitana no crece y solo está en tres comunas, y la Nación sigue teniendo el manejo de la Federal en la Ciudad quejándose de que Macri no la quiere cuando ellos están dispuestos a dársela”, le comentó a Noticias Urbanas un excomisario mayor de la Policía Federal.

La verdad no se dice en público

Para entender lo que realmente sucede en la pelea entre Ciudad y Nación por el nunca concretado pase hay que dejar de lado lo que los funcionarios dicen en público. Porque la seguridad se transformó en un tema electoral y todos los actores involucrados tienen ambiciones políticas. La imagen de Sergio Berni creció tanto en la Ciudad como en buena parte de la provincia de Buenos Aires gracias a su desempeño en materia de seguridad. Ese crecimiento hizo que desde el kirchnerismo se lo midiera tanto en la Capital Federal como en territorio bonaerense. Y hasta se especuló con que se convirtiera en el candidato a jefe de Gobierno porteño en las próximas elecciones. A Berni la idea no le desagrada. Pero para seguir manteniendo esa buena imagen ante la sociedad es fundamental contar con el manejo de la Federal –o sea, de la seguridad– en la Ciudad de Buenos Aires. Por eso, cada vez que hay un cruce con el macrismo o desde el Pro se reclama el pase de la policía, Berni sale a decir que él no tiene problema en traspasar la policía pero que Macri no la quiere porque no quiere hacerse cargo del problema de la inseguridad. Y algo de razón tiene. Aunque no toda. “Berni solo dice que está dispuesto a pasarle la policía a Mauricio cuando la inseguridad en la Capital se desboca u ocurre un hecho delictivo de alto impacto en la opinión pública”, afirmaron a Noticias Urbanas desde el Pro.

Por el lado de la Ciudad, las acciones tampoco se condicen con las palabras. A través de una ley que se aprobó en la Legislatura en agosto de 2008, Mauricio Macri creó la Policía Metropolitana. En ese momento se anunció que para cuando Macri abandonara su gobierno, en 2015, la fuerza iba a estar en todas la comunas de la Ciudad e iba a contar con 15 mil hombres. Nada de eso sucedió y es imposible que ocurra en el año que le queda de mandato. Hoy la PM solo está en tres comunas y tiene cerca de cinco mil efectivos.

“Macri se dio cuenta de que su idea inicial de que la Metropolitana estuviera en todas las comunas iba a ser muy complicada de llevar a cabo no solo por una cuestión operativa sino por una cuestión presupuestaria. Se necesita mucha plata. Por eso la PM no avanza y se mantiene en una especie de corralito. Eso sirve también para que, ante el fuerte reclamo de la gente sobre la inseguridad, el Pro se victimice y le eche la culpa a la Nación por no haberle traspasado la Policía Federal con los recursos. Pero en realidad, y como están las cosas, por el momento a Macri le conviene no manejar la seguridad de la Ciudad para no tener que pagar el costo político ante los hechos delictivos que se reproducen a diario por los medios. Y por eso ahora no está muy apurado en concretar el pase”, le manifestó a este medio un exfuncionario del área de Seguridad de la Nación. Dentro de esa lógica, el Pro apuntó todos sus cañones al objetivo de lograr el pase de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Federal a la Ciudad, un proceso largo de implementar, y quitó el pie del acelerador en el desarrollo de la PM. En ese marco, el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, volvió a presentar, el jueves 24 de abril de este año, un proyecto de resolución en el que insta “en forma urgente” al Poder Ejecutivo Nacional a convocar al Gobierno de la Ciudad para celebrar los convenios estipulados en el artículo 2 de la Ley 26.288 para el traspaso de la Policía Federal Argentina a la órbita de la Ciudad.

El pase tan deseado y la interna federal

Viendo que el crecimiento de la PM es difícil y que en el Gobierno hay trabas, tanto políticas como policiales, para pasar la Superintendencia de Seguridad Metropolitana (que maneja, entre otras cosas, las 53 comisarías porteñas) a la Ciudad, el macrismo se defiende diciendo que si no se realiza el pase, la seguridad del distrito sigue siendo una obligación de la Nación. En este contexto, el presidente de la Comisión de Seguridad de la Legislatura, Daniel Presti, le aseguró a Noticias Urbanas (ver recuadro) que la responsabilidad primaria de la seguridad en la Capital le corresponde a la Nación.

Como si hicieran falta más problemas entre Ciudad y Nación por el traspaso, la posición de un sector importante de la Federal crea nuevos obstáculos. El jefe de Seguridad Metropolitana es el tercer hombre en la jerarquía de poder dentro de la fuerza, luego del jefe y del subjefe. Además, controla todas las comisarías de la Ciudad. Eso significa que es la estructura con mayor cantidad de hombres –alrededor de 20 mil– y la de mayor poder dentro de la fuerza. Sin ella, los federales perderían el corazón de la institución. Y también, hay que decirlo, el control de la calle y de todos los “negocios”. Por eso, un sector importante e influyente de la Policía Federal no ve con buenos ojos el traspaso. Sin embargo, desde la política todos coinciden en que a la larga (aunque nadie sabe cuándo) el pase será un hecho. “El traspaso se tiene que dar porque sería una locura que en el mismo distrito se superpongan dos policías con las mismas funciones. Es verdad que hay un sector de la PFA que teme perder poder, pero el mundo va para otro lado y ahora lo que se necesita es transformar a la policía en una agencia federal, con mejores investigadores, tecnología, capacitación, una Justicia que acompañe y conducción política. Ya no se mejora la seguridad con más policías. Por eso el traspaso, a la larga, se va a realizar”, le aseguró a Noticias Urbanas un estrecho colaborador de Berni. El panorama, por ahora, no es alentador y la luz al final del túnel es muy pequeña. Para los optimistas eso es suficiente. Para los pesimistas, esa pequeña luz al final del túnel es la de un tren que viene de frente.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...