“El Pro estrena bloque en la provincia de Buenos Aires”, decía su tuit, en julio de este año. Así, en 140 caracteres, el único diputado provincial que tiene Mauricio Macri en la Legislatura bonaerense, Orlando Yans, formalizaba, a mitad de año, su separación del bloque massista en la provincia de Buenos Aires. Luego, ampliaría en declaraciones más extensas: “Tenía la esperanza de que la alianza electoral que encauzaron Massa y Macri el año pasado se convirtiera en una alianza política. Pero eso no pudo ser y hoy me es imposible trabajar para Mauricio dentro del bloque del Frente Renovador”. Yans había sido reelecto en su banca en 2013 y había ocupado el lugar de Jorge Macri, uno de sus referentes.
De origen radical y único macrista en una legislatura dominada por el peronismo de todas las vertientes –incluido el kirchnerismo, claro–, Yans, que además es novelista y dice estar en “crisis” con la política tradicional, trabó relaciones con los muchachos de La Cámpora. “Tengo buen vinculo con [José] Ottavis, aunque no diría que es mi amigo”, sorprende.
De bajísimo perfil –al parecer, en su fuerza política le están pidiendo que lo levante–, está convencido de que la Argentina practica la autofagia: “El sistema político se ha convertido en una suerte de Uróboros: esa serpiente que se devora a sí misma, repitiendo siempre el mismo circulo vicioso que termina con inflación, recesión y desempleo. Un combo al que ahora se le agrega la inseguridad”.
Su referente dentro del partido de Macri es el radical Pro Daniel Angelici, empresario del juego y presidente de Boca.
–¿Por qué está en crisis con la política?
–Digamos que no estoy en crisis sino que soy crítico. Hace 32 años que milito y ya tengo la experiencia de vida suficiente como para darme cuenta de que en el viejo sistema político se habla mucho y se hace poco, y que la Argentina repite sus ciclos destructivos: por eso tenemos una crisis cada diez o quince años. Es ese modo de hacer política que consiste en no hacer, no generar rupturas, hacer la plancha y así llegamos a esta gestión, que es la peor de la historia.
–¿Se refiere a la de Scioli?
–Sí, claro… el mismo que se está arrastrando para ver si logra ser el candidato de Cristina Fernández. Ahora, yo me pregunto cómo va a hacer Scioli cuando quiera cambiar la economía y los diputados y senadores que le puso Cristina en las listas se nieguen a modificar el rumbo. ¿Alguien se lo preguntó?
–Ya que usted tiene origen radical, ¿cómo se explica la alianza de José Cano, en Tucumán, con un precandidato a presidente como Sergio Massa?
–Como un acto de desesperación y como lo que es la UCR: una fuerza que ha perdido toda vocación de poder y que se conforma con meter en las listas o en el Congreso algunos legisladores. Eventualmente, algún gobernador o intendente.
–El Pro está planteando acuerdos con dirigentes radicales en el interior, ¿lo decepcionó esta alianza con el massismo?
–¡Nooo! A esta altura de la vida son pocas las cosas que me decepcionan en la política. Nosotros no necesitamos hacer una alianza con el partido de “Alfonsinito” (sic) sino con intendentes o dirigentes que se animen a patear el tablero y cambiar.
El año que viene Planeta lanzará su tercera novela, La mano vacía, un policial político que transcurre en un pueblo del Conurbano. Todo es inventado, cuenta Yans, aunque la inspiración, también dice, se la dio la realidad de la provincia donde es diputado. Los hechos de ficción transcurren en un pueblo, cuyo nombre no existe, impregnado de redes mafiosas que sí existen. A este pueblo fantasma llegan tres secuestradores que planean secuestrar al mismísimo intendente. “Qué te digo que los más buenos son los secuestradores”, desliza.
En la ficha personal que todos los entrevistados por Noticias Urbanas aceptan responder cuando son convocados para esta contratapa, Yans eligió como figura histórica a Roca. Luego, sabiendo de su polémica opción –jamás elegida por un entrevistado, valga aclarar–, explicó: “No lo elige nadie en el sistema político tradicional porque es políticamente incorrecto. El sistema político tradicional está enfermo de ‘correctismo’ político”.
–Lo que no termino de entender es por qué Macri quedaría a salvo de todo lo que dice.
–Porque está planteando una ruptura y un cambio con la vieja política, y esto se nota en cómo transformó la Ciudad de Buenos Aires. Te cuento algo: yo tengo tres hijos y los dos mayores fueron a la escuela pública, y, al menos, terminaron con un edificio mejor y más estufas. Para que te des una idea: yo tengo calculado el tiempo que tardo en meter el auto en el portón de mi casa: 18 segundos, porque, si lo hago en más tiempo, corro el riesgo de que me maten.
–Disculpe pero en la Ciudad también hay inseguridad.
–Pero hoy uno puede tomar un café tranquilo en una plaza. Eso lo sabe el porteño que le da un puntaje del 70 por ciento a la gestión de Macri. No sé cuántos ejemplos hay de políticos que tienen mejor imagen en su segundo período de gestión que en el primero.
–Cristina y Menem fueron reelectos por un porcentaje superior a cuando fueron votados por primera vez.
–Pero aquí yo me estoy refiriendo a la gestión. Con los candidatos presidenciales, en las elecciones juegan otros factores.
–Por un lado usted plantea una ruptura con los códigos de la vieja política, en la que ubica al kirchnerismo, financiado por empresarios “amigos” como Cristóbal López. ¿Cuál sería aquí la diferencia con Angelici, su referente político dentro de Pro?
–Que Angelici es una buena persona y no está en “esa” de hacer negocios con el poder. Es un hombre de buena fe, que además de ser empresario milita en un partido.
–¿Y Massa es de los nuevos o de los viejos, según sus cánones?
–Le tengo mucho respeto a Sergio, hice campaña con él y es un hombre joven, tremendamente carismático.
En primer plano
Ocupación. Diputado provincial, novelista.
• Estado civil. Divorciado, tres hijos.
• Un restaurante. Sushi Club.
• Un barrio. Parque Patricios.
• Una esquina. San Juan y Boedo.
• Un perfume. One Million, de Paco Rabanne.
• Una figura histórica. Julio Argentino Roca.
• Una frase. “Es preferible permanecer callado y parecer idiota que abrir la boca y despejar toda duda” (Groucho Marx).
