A partir de este martes, 901 profesionales recorrerán las calles de la Ciudad de Buenos Aires para controlar los locales porteños. El cuerpo de Profesionales Verificadores de Habilitaciones (PVH) -que estará integrada por ingenieros, arquitectos, agrimensores y maestros mayores de obra- buscará solucionar la disminución de los controles a los comercios porteños que se dio desde que fue clausurada la Dirección General de Verificación y Control (DGVC).
Ibarra había anunciado el desplazamiento de 300 inspectores de la Ciudad el 10 de noviembre del año pasado, porque consideraba a la Dirección un "focazo de corrupción", con coimas y arreglos fuera de la ley. Desde entonces pasaron más de siete meses y en ese lapso la Comuna sólo se valió de unos pocos profesionales para controlar todos los negocios de la Capital (actualmente suman 87).
Los PVH serán 901, que resultaron elegidos entre más de 1.400 que se habían anotado en un primer turno. No formarán parte de la plantilla de personal permanente de la Ciudad sino que actuarán como peritos: están anotados en un registro y por sorteo les dirán qué comercio deben verificar. No irán dos veces al mismo ni cubrirán la misma zona.
Estos profesionales intervendrán en tres tipos de tramitaciones dispuestas por las normas vigentes en materia de habilitaciones: en los trámites con inspección previa al funcionamiento, en oportunidad de realizar la verificación previa al otorgamiento de la habilitación; en los trámites sin inspección previa al funcionamiento, con posterioridad al otorgamiento de la habilitación o transferencia y, en el caso de los locales habilitados, mediante la realización de la verificación anual.
Una vez que le determinen el negocio, el profesional irá y revisará, por ejemplo, que los papeles estén en regla, que el comercio tenga matafuegos, que no ocupe más espacio en las veredas que el que tiene autorizado y otros temas. Y se constatará que lo que figura en la plancheta de habilitación concuerde con la realidad. Si está todo bien, el verificador dará al comerciante una oblea para que la exhiba a la vista de los clientes, y que será renovable en lapsos de uno a siete años, según el rubro al que pertenezca.
Los PVH no podrán clausurar comercios. Elevarán un informe y, si llegara a figurar alguna irregularidad, el Gobierno enviará a sus empleados de la Unidad Polivalente de Inspecciones (UPI), que labrarán infracciones. Las sanciones serán desde multas y clausuras hasta la suspensión de la habilitación. La plantilla de la UPI también está creciendo: hoy tiene 87 inspectores, pero de aquí a un mes serán unos 200.
Para controlar la transparencia, el Gobierno enviará a personal de la UPI a controlar a los nuevos inspectores. Además, los PVH no recorrerán siempre la misma zona y no tendrán un trato fluido con los comerciantes para evitar que pidan coimas. Por otro lado, los nuevos inspectores aparecerán en la página web de la Ciudad con su foto y datos personales para que los comerciantes los identifiquen. Por ahora no tendrán una credencial especial, sólo se presentarán con su matrícula y con una constancia de la Comuna.