El domingo por la tarde la presidente Cristina Kirchner fue trasladada al Sanatorio Otamendi. El parte médico oficial, firmado por los médicos Marcelo Ballesteros y Ricardo Solla, indica que la jefa de Estado presentaba “un cuadro febril infeccioso”.
Durante la internación, el equipo de especialistas diagnosticó que la mandataria tiene una bacteremia, nombre técnico con el que se alude a la presencia de bacterias en la sangre, en este caso de “probable foco intestinal”. En principio los médicos tienen previsto que Cristina Kirchner esté 24 horas internada. Los cuatro días posteriores será sometida a un tratamiento endovenoso en la Quinta de Olivos.
Este tipo de cuadros suele generar fuertes molestias a quien lo padece pero no reviste gravedad para la salud. Durante la noche del domingo, en el entorno de la Presidente, especulaban que el origen podría haber sido algún alimento en mal estado.
Diez días atrás, Cristina Kirchner tuvo otra leve complicación en su salud: una faringitis la obligó a guardar reposo por 48 horas y reprogramar su agenda. En algún momento se llegó a especular con la posibilidad de suspender un viaje pautado a la provincia de Chaco, pero finalmente la actividad se desarrolló tal como estaba prevista.
La última actividad oficial de la jefa de Estado fue el jueves, cuando dio un discurso en el cierre del Congreso de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra). A diferencia de otros fines de semana, esta vez decidió quedarse en Olivos y no viajar a Santa Cruz. Se la pudo ver activa en las redes sociales.
Cristina Kirchner tiene agendada para este martes una reunión con su par chilena Michele Bachelet para conmemorar los 30 años del Tratado de Paz bilateral y los cinco años del Tratado de Maipú. Incluso se pretende realizar una videoconferencia con el papa Francisco. Habrá que esperar ahora cuál es la recomendación de la Unidad Médica de la Presidencia.