Javier Martín López Zavaleta es fiscal de primera instancia de la Unidad Fiscal Sur, que abarca Villa Lugano, Pompeya, La Boca, Constitución y parte de Caballito. En diálogo con Noticias Urbanas explicó las causas del incremento de las ocupaciones ilegales de inmuebles.
–¿Cómo es la situación actual de las usurpaciones?
–Claramente, este año hubo más usurpaciones que el año pasado. Tuvimos más consultas de la policía en el momento en que llegaba al lugar a punto de ser ocupado y, gracias a eso, se evitaba la usurpación. Porque el accionar rápido es fundamental para que el hecho no se consolide. Pero sí, hubo más denuncias y usurpaciones que en 2013.
–¿Cuáles son las zonas más conflictivas?
–La zona sur y la zona oeste de la Ciudad. En la zona sur, especialmente, una parte de Caballito, otra de Flores y el Bajo Flores, y después todo lo que es Villa Lugano. Ahí no solo hay usurpaciones de casas sino también asentamientos en las zonas cercanas a las villas. Se intentan tomar baldíos o terrenos no ocupados con la finalidad de crear nuevos asentamientos. Por eso el accionar rápido de la policía es clave, porque tiene la obligación de detenerlos en el momento en que están cometiendo el delito. Y luego informar a la Fiscalía para convalidar las detenciones. Por su parte, en la zona oeste el lugar más problemático es Mataderos.
–¿Cuáles son las causas de las usurpaciones?
–Son diversas, pero se dan principalmente en las zonas donde hay inmuebles vacíos. Hay organizaciones que se dedican a individualizar estos lugares y, aprovechando la falta de seguridad, los toman.
–A eso se le agrega la necesidad real de vivienda.
–Lo que determinamos en las investigaciones es que la mayoría de la gente que sale a usurpar o a tomar nuevos asentamientos es gente que vive en villas y que, debido al alto alquiler que debe pagar, se ve forzada a ocupar otros lugares. Esa gente con necesidad de vivienda es utilizada por otra, que se encarga de motorizar las tomas masivas.
–¿Quiénes son los organizadores?
–Es difícil probar quién organiza una toma porque la gente que participa en ella tiene mucho miedo de declarar. Por un lado, tienen una necesidad legítima de vivienda, que les sirve de caldo de cultivo a los organizadores de las tomas. Pero los que son utilizados tienen temor de declarar contra ellos.
–¿Esto tiene alguna solución?
–Las personas tienen el derecho a una vivienda digna. Pero hoy muchas son víctimas de un negocio que, fundamentalmente, se da en las villas con alquileres caros. Y repito que para frenar las usurpaciones es necesario que la policía actúe cuando el delito se está cometiendo y consulte rápidamente a los funcionarios judiciales, quienes tenemos las herramientas para frenarlo. De esa manera, habrá menos usurpaciones.