Políticos de todos los partidos se unieron por Eduardo Valdés

Políticos de todos los partidos se unieron por Eduardo Valdés

Una inédita multipartidaria participó de un almuerzo de despedida al dirigente peronista, quien partirá rumbo al Vaticano para asumir formalmente como embajador. Los festejos continuaron por la noche.


En Gendarmería, este martes se dio un hecho inédito para la coyuntura política nacional. En una misma mesa se reunieron kirchneristas, radicales, macristas, progresistas y representantes de la Iglesia. ¿El motivo? La despedida del dirigente justicialista Eduardo Valdés, quien viajará rumbo al Vaticano para asumir formalmente como embajador argentino.

Según consigna Ámbito Financiero, quienes participaron del agasajo a Valdés fueron: el presidente del PJ porteño, Víctor Santa María; el legislador por Unidad Popular, Claudio Lozano; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; los radicales Enrique Nosiglia y Leopoldo Moreau; el operador del papa Francisco, Carlos Accaputo; “Chocha” Nicolini, hija del coronel que le presentó a Eva Duarte a Perón; el jefe de bancada PRO en Diputados, Federico Pinedo; el presidente del Consejo de la Magistratura de la Ciudad, Juan Manuel Olmos y la senadora kirchnerista, María Laura Leguizamón. El único ausente al convite fue el secretario de Legal y Técnica presidencial, Carlos “Chino” Zannini.

Son pocos quienes pueden juntar tamaño abanico de afiliaciones políticas, algo que no se explica sólo porque Valdés es ya un veterano del oficio que parece haber pasado por las escalas de ascenso y descenso que le han permitido hacer amigos por todos ámbitos. Todos destacaron su rol de puente -algo de lo que se ufana el embajador- pero olvidan que su última faena ha sido de tunelero (ha sido asesor del emprendimiento del túnel a Chile). Lo que no consigue por arriba, seguramente lo consigue por abajo, algo que encanta entre los políticos que ejercen su oficio embretados en el sectarismo porque ni ellos ni su público toleran mucho libertades como las que se tomaron para despedir a Valdés.

Por si faltasen pruebas de esa amplitud, vale destacar que al final, sobre los postres, llegó una comitiva de La Cámpora, integrada por sus principales caciques, que se sumaron a la algarabía por la amistad, integrada por Andrés Larroque, “Wado” de Pedro, José Ottavis y, por supuesto, Mariano Recalde, quien festejó el nuevo destino porque, en público, le comprarán más pasajes a Aerolíneas.

Este grupo cristinista le agregó lo que le faltaba al ánimo conciliador que descendió sobre las mesas, en las que se repartieron, entre otros, Guillermo Piuma; los radicales Carlos Mas Vélez, Miguel Pesce, Javier Concepción, Juan José Pi de la Serra, el ex funcionario porteño Ariel Schifrin, Sergio Burstein, Keli y Orlando Olmos, el polémico ex secretario de Transporte K Juan Pablo Schiavi, Raúl Garré (hermano de la ex ministra, Nilda), el legendario “Oso” Charly, “Pimpi” Colombo (ex número dos de Guillermo Moreno en Comercio), Fernanda Meritello (la esposa de Gustavo Béliz), el ex legislador Milcíades Peña, José Luis Fernández Valoni y el auditor porteño Eduardo Epzsteyn.

Este centenar de amigos suspendió por un par de horas en el clima que impuso no sólo el homenajeado sino uno de los primeros oradores, Pinedo, quien se atrevió a decir que en el fondo no importa mucho lo que pensamos porque por encima de todos “está el amor, aunque es una palabra que molesta a algunos”. Le opuso sintonía al resto del diálogo que se entabló entre la mesa principal y los demás que tomaron el micrófono. Piuma recordó a Antonio Cafiero, animador de la peña que albergaba el almuerzo, en la Mutual de Gendarmería del Barrio Norte.

Moreau recordó que a Valdés lo había conocido cuando estudiaban Derecho y se definió como su “pata peronista”. Se permitió cruzarse en diálogo público con el “Oso” Charly y Nosiglia sobre su pasado compartido en las canchas de rugby: “¡Yo jugaba bien!…”, le gritó a la mesa el “Oso”, y “Coti” admitió: “¡Es cierto, tenía huevos!…”. Encantado el “Oso”, que ya se prepara para alguna megañoquiada en el Vaticano. Otro cruce en voz alta lo tuvo Valdés con Oliveri. El embajador contó que cuando asumió como jefe de gabinete de la cancillería, bajo la gestión de Rafael Bielsa, lo fue a ver a Jorge Bergoglio para consultarlo sobre la designación del secretario de Culto. Oliveri, Valdés y Alicia Oliveira habían votado la ley de unión civil. El entonces arzobispo le recomendó: “No pongan a nadie que significa enfrentar confesiones”. Valdés: “Pero estamos pensando en Oliveri”. Bergoglio: “Con mayor razón, nómbrenlo a él”. Valdés remató el cuento entre risas: “Yo lo nombré y ha durado más que yo. Es más prudente, ésa es la razón”.

Santa María, patrón de las veredas porteñas, estaba impresionado por la presencia de Nosiglia -a quien nadie logró convencer de que hablase. “A todos los conozco de la 20 (Barrio Norte), a Valdés, a Nosiglia, a tantos. ¿Cómo hacer politica ahí sin él como referencia?…”, se preguntó. Pasó a la ironía cuando recordó: “Al ‘Gordo’ lo vi en 1983 ir en dos listas en la interna: una en la que estaba Cafiero, otra con el chango Urtubey. También lo vi controlar la 19 y a 20…”. “Comuna 1”, rectificó Nosiglia. Santa María, jefe del PJ porteño, no avanzó en esas evocaciones sobre la doble boleta de Valdés en el 83. En la Argentina del túnel del tiempo nada prescribe.

El homenajeado explicó quién era la señora que tenía al lado: Emma “Chocha” Nicolini, una de las leyendas del peronismo, hija del hombre que conocía a la familia Duarte, de Junín, y que gatilló el 17 de octubre. Memorioso de esos detalles, Valdés recordó que la designación de Oscar Nicolini como jefe de correos provocó la pelea entre Perón y los oficiales del Ejército, que acusaban al militar de cosas que nunca se probaron. Esa chispa llevó al 17 de octubre. “Chocha” es además ahijada de Eva y pertenece a ese elenco que cultivaba Cafiero en la galería del pasado. Convivió con los Perón en el edificio de la calle Posadas, donde también vivía su padre.

“Pimpi” Colombo se acercó al micrófono para recordar los tiempos cuando presidía el bloque peronista en la Legislatura y se permitió mencionar a Gustavo Béliz, el exministro de los portazos. Eso animó a su mujer, Fernanda Meritello, para clavar la mención más emotiva del almuerzo, cuando habló lo que había significado la amistad de su familia con Valdés “en estos 10 años que hemos pasado”. El ex ministro se fue del país por inquinas con espías del Gobierno al que perteneció y ella se animó a recordarlo ante un auditorio con mayoría oficialista. El aire de encuentro y palabras tan mencionada como “puente”, permitieron esas honduras emocionales, que siguieron con el recuerdo de Alicia Oliveira, la amiga del Papa, y de Valdés, que murió el mes pasado y cuya familia ocupaba una mesa. Milcíades Peña aportó el drama al recordar Cromañón y el consejo al “Gordo”: “Hacé lo que después te permita mirar a la gente a los ojos”.

LOS FESTEJOS CONTINUARON POR LA NOCHE

Luego de los festejos en la mutual que tiene Gendarmería en Barrio Norte, con un acto netamente partidario, el Frente para la Victoria homenajeó al flamante embajador argentino ante el Vaticano. Fue en el club Villa Malcolm, situado en Avenida Córdoba al 5000.

Entre los presentes, se destacaron Víctor Santa María y Mariano Recalde, quienes también habían participado del multitudinario almuerzo de despedida; Irma Pandolfi y Luis Cúneo (comunero de la 15).

Sobre Valdés, Santa María apuntó que es un “compañero ejemplar” y recordó que “siempre estuvo”. En tanto que el homenajeado aprovechó la ocasión para rememorar, junto con sus compañeros, antiguas historias de militancia.

 

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