“Se cortó la luz en mi casa y yo tengo que escribir, bañarme y vivir. Por suerte, me voy a morir de odio antes”, “Diez cuadras buscando un bar con LUZ para poder TRABAJAR. Quiero emigrar a Etiopía en busca de una vida mejor”, “AHHH ENLOQUEZCO QUIERO BALEAR COMO EL LOQUITO DE BELGRANO NO PUEDO ESTAR CON TANTA GENTE EN UN LUGAAAAR NO PUEDO QUE VUELVA LA LUZ POR DIOOS”, tuiteaba con ponzoña efectista el martes a la tarde, perdida por las calles de uno de los barrios más castigados de la Ciudad en lo que a cortes de luz se refiere, Carolina Aguirre, guionista de Farsantes y Guapas. Claro que el padecimiento fue antes de la tormenta y de los vientos de hasta 117 kilómetros por hora que afectaron a Buenos Aires y gran parte del Conurbano en la noche del mismo martes, trayendo un prolongado apagón en Palermo, Almagro, Belgrano, Caballito, Villa Devoto, Balvanera y San Cristóbal. El viento, además, dañó dos aviones estacionados en Aeroparque, provocó la caída de una grúa en el puerto, que hirió a cuatro personas, y también el desplome de más de 100 árboles. Y, ¡ay!, también produjo la rotura de un cable que dejó sin luz a miles de usuarios. Asunto que Edesur desligó de los 34 grados de padecimiento: la culpa, sea el viento o el calor previo, la sigue teniendo la furia de la naturaleza.
No queremos imaginar los tuits de Aguirre durante la tormenta –si es que aún le quedaba batería– pero sí estamos en condiciones de revisar su historial y comprobar que el padecimiento, que es en rigor colectivo, tiene meses de arrastre por toda la Ciudad. Y eso, dicen desde las asociaciones de defensa del consumidor consultadas por NU, que todavía no llegó el verano.
Jerónimo Calderón vive en Villa General Mitre. Comenta que días atrás le cortaron la luz, varias veces durante la madrugada, y que se dio cuenta porque el ventilador prendía y apagaba. Pero que también sufrió cortes durante el día, cuando se encontraba trabajando fuera del hogar. “Me di cuenta porque volvía a mi casa y la computadora estaba apagada”. Ernesto González, empleado público que reside en Villa Crespo, cree que la sacó “barata” durante los cortes de diciembre del año pasado. “Todavía estoy con saldo a favor por esos días. Según la empresa, estuve sin luz 48 horas, aunque en realidad creo que fue más, porque hubo cortecitos otros días de diciembre de algunas pocas horas, y esas no estaban contabilizadas. Como multa, según la resolución que sacó el Gobierno nacional, tuvo que darme un saldo a favor de mil y pico de pesos por los dos días sin luz. Por ende, como yo gasto poco, todavía tengo saldo a favor. Al crédito me lo dieron enseguida, en febrero. Y no tuve que hacer reclamo. Pero en noviembre de este año ya arrancaron a cortar muy seguido. No sé qué va a pasar”, expone.
Las historias son muchas. Y suenan a preludio del desastre. A Camila González, joven gastroenteróloga de Caballito, que vive sola, Edesur le arruina la vida cotidiana. “El verano pasado prácticamente era cosa de mudarme a lo de mi viejo todos los días. Todo el tiempo me cortaban la luz. Y me pasa hace tres veranos. Este año la cosa no cambió demasiado, así que ya estoy previendo que no voy a poder hacer mi vida normal como quisiera, llevando de acá para allá la comida para que no se pudra. En el edificio estamos pensando en comprar un equipo electrógeno”. Pero a Mónica Baroni, de Saavedra, los cortes de luz la fundieron. Recuerda: “Nunca más pude volver a montar el mercadito que tenía. Es mucho el riesgo económico. Y el emocional también”.
Los resarcimientos por la falta de suministro de fines del año pasado, que dejaron por caso a gran parte de la Ciudad sin luz durante las fiestas, se percibieron, por lo general, a partir de marzo de este año. Y si bien el Gobierno nacional multó en cifras millonarias a Edenor y Edesur (por fallas de años anteriores, la prestataria del norte debió pagar 1,2 millón de pesos, en tanto que su par del sur, 979 mil pesos por incumplimiento en la prestación del servicio), son muchos los usuarios, incluso en estos días afectados, que siguen disconformes. Desde el Centro de Educación al Consumidor (CEC), presidido por Susana Andrada, informan que durante 2014 hubo “una catarata de reclamos”, ya que muchos clientes consideran que las compensaciones resultaron insuficientes en relación a los cortes sufridos por más de 15 días, como sucedió en barrios como Floresta y Villa Luro.
El Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE) fijó, a través de la resolución 1/2014, tres compensaciones para los vecinos afectados: 490 pesos para quienes sufrieron cortes de hasta 24 horas; 760 para los que superaron las 48 horas carentes de servicio y 870 para aquellos que estuvieron tres días o más sin luz. A su vez, los montos estipulados, según la normativa, se duplicaron si el domicilio afectado también estuvo sujeto a interrupciones del suministro de energía a finales de 2010 y 2012. Por eso, varios usuarios observaron en sus facturas créditos que alcanzaron casi los 1.700 pesos. De esa forma se explica el caso, entre tantos otros, de Ernesto de Villa Crespo, quien, hasta la fecha, gracias al crédito a favor y su bajo consumo, no está pagando la luz.
En las entidades de defensa de los derechos de los usuarios, como la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua), encabezada por Sandra González, ponen de manifiesto la disparidad en el criterio de compensación (la citada resolución equiparó a los vecinos que sufrieron cortes de tres días con quienes estuvieron semanas sin energía), y la injusticia sobre la injusticia que tal situación resolutiva conlleva. Pero el parche no se redujo solo a esa comparación. “La resolución contempló los cortes de diciembre. Pero muchos vecinos también tuvieron cortes en enero y no gozaron del resarcimiento”, indica González. Dados los antecedentes a los que los porteños ya se están acostumbrando, y a la deficiente prestación entre noviembre y diciembre, que contempla, además de los consabidos cortes, subas y bajas de tensión, tanto en CEC como en Adecua pronostican que los reclamos y denuncias irán in crescendo. Incluso, prevén, la judicialización de los casos será notable.
Héctor Polino, exlegislador y referente de Consumidores Libres, cree que las empresas no hicieron las inversiones necesarias para mantener las redes en buen estado y poder cumplir, de esa forma, con la previsible suba de la demanda para esta época del año, “lógica por el incremento de la población y por el mayor uso de tecnología”. Asegura, a su vez, que por estos días los barrios más afectados por los cortes fueron Villa Ortúzar, Flores, Caballito, Palermo, Villa Crespo y Belgrano y que las situaciones, conocidas a través de los miles de reclamos que recibe la organización, resultan inadmisibles. “Hay cuestiones que se repiten y no podemos resignarnos a que sigan pasando: edificios en altura que no cuentan con grupos electrógenos, con personas mayores y familias con bebés, que pasan por la falta de agua y de ascensores producto de la falta de luz. Ni hablar de la pérdida de alimentos y medicamentos”, expresa. Y grafica una de las tantas consecuencias posibles de la interrupción del servicio: “Es común ver en Belgrano cómo los supermercados que no tienen equipo electrógeno venden igual los lácteos a los que evidentemente se les cortó la cadena de frío. He visto muchas veces a empleados tapando con cortinas de plástico los estantes de las heladeras, como para conservar, inútilmente, la temperatura”.
“Los usuarios afectados por los cortes deben reunir todos los elementos de prueba e ir, con nota duplicada, a la oficina comercial ya sea de Edenor o Edesur, según el caso, reclamando un monto lógico por los daños y perjuicios. Si no hay respuesta –y si hay, suele ser pésima–, deben reiterar el pedido ante el ENRE, en Suipacha 614. Y como última instancia, queda por supuesto la vía judicial”, explica Polino.
Basta con husmear en grupos de Facebook y cuentas de Twitter, como Cortes de luz, Cortes de luz en BsAs o Andate Edesur, para visualizar el hartazgo de los usuarios, representado irónicamente en miles de frases de ignotos internautas como “Buenos Aires me recibe con uno de sus clásicos cortes de luz y no se me ocurre nada que pueda hacerme sentir más en casa (@CaboSegovia), “Calor, mosquitos y cortes de luz. Ya les resumí el verano 2015” (@sebas2203), “Creo que así como se instaló dar cuenta del tránsito en los programas radiales y de TV, se viene parte de cortes de luz por zona ‘ao vivo’” (@REAndradeOk), o por boca del inefable Lucas Carrasco: “Ahora los cortes de luz serán por picos de nubosidad variable”. Dicen que el humor sirve como paliativo en los momentos de tensión, angustia, crisis. ¿Alcanza? Quizás como recurso de resignación sea efectivo. Al menos hasta que muera la batería.
El Ministerio de Planificación insta a denunciar los cortes de luz llamando al 4390-9500 o al 4349-8487/7205. O por Twitter, a @minplan.