Si bien no estaba anunciada, Cristina Fernández de Kirchner, llegó a la Villa 31 para participar en la parroquia Cristo Obrero de la misa que el Movimiento de Curas del Tercer Mundo hizo este martes para recordar el trigésimo aniversario del asesinato de Carlos Mujica. Además de la Primera Dama, por el Gobierno Nacional participó el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Asistieron también del encuentro los organismos de derechos humanos. Estuvieron presentes Nora Cortiñas, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; y los curas tercermundistas -del que fornaba aparte Mujica-Rodolfo Richardelli, Enrique Evangelista y Patrick Rice. Este último, de origen irlandés, fue encarcelado por la última dictadura militar. Históricamente ligados a este sector se acercaron hasta la misa, la Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Pierini; el dirigente peronista Juan Pablo Lohlé y Eusebio Maestre.
Aunque la ceremonia estuvo más vinculada a lo ecuménico que a lo político, cuando el cura que dio la misa preguntó si además de por Mujica alguien quería que se orara por otra persona desde el fondo, algunos de los militantes de la villa pidieron: "Por Perón y Evita". Amablemente, el párroco los incluyó en sus plegarias, a las que los fieles respondieron: "Te rogamos Señor".
La hermana del cura asesinado por la espalda de cinco disparos de ametralladora efectuados por miembros de la Triple A, donó a la parroquia Cristo Obrero, donde se encuentra enterrado, un trozo del pantalón ensangrentado de Mujica.