Massa deshoja la margarita

Massa deshoja la margarita


Donde dice “sorpresa” debe decir “debilidad”. Como un eslogan publicitario, o más bien electoral: así podrían resumirse algunas de las últimas acciones de Sergio Massa. Meritoriamente sostenido entre el trío de precandidatos presidenciales con mejor intención de voto, cuando faltan apenas meses para la interna que definirá a los competidores definitivos, al exintendente de Tigre le costó ampliar federalmente la columna en la que sostuvo su triunfo bonaerense de 2013. Y casi con tanto timming mediático como político, Massa supo crear expectativa allí donde encontró una necesidad. Habló con certeza sobre temas que le generan incógnitas.

La última creación del exjefe de Gabinete de Cristina ahondó sobre su eventual compañero de fórmula para el binomio presidencial. En una aparición radial con el taquillero Jorge Rial, avisó que ya tenía “en la cabeza y en el corazón” a su postulante a vicepresidente. Y aclaró que “no tiene el mismo origen partidario” que él. La realidad es que Massa no tiene aún cerrado a su partenaire. Se habló de Roberto Lavagna y de Carlos Reutemann. Ninguno encajaría en la última pista que tiró por radio. Ambos son peronistas. Salvo que Massa se considerara a sí mismo un producto de la UCeDé.

Por la primera definición que dio el actual diputado, las miradas se posan automáticamente en la UCR. Sobre todo en charlas privadas, Massa dijo varias veces que le gustaría un radical a su lado. En el verano de 2014, un cruce con Julio Cobos, por entonces disconforme (como hoy) con el armado del incipiente Frente Amplio Unen, generó revuelo. También se especuló con Ernesto Sanz, jefe partidario y con una vocación presidencial que nunca termina de seducir en el gran público.

El paso más concreto de Massa con el partido centenario vino meses atrás, cuando selló un preacuerdo con Gerardo Morales, a cambio de apoyo mutuo en diferentes provincias. Con el jujeño, con el tucumano José Cano, con el formoseño Luis Naidenoff, quizá con el santacruceño Eduardo Costa. Desde entonces, el radical de mayor cercanía al massismo es Morales. A Massa le gusta la idea, al jujeño no tanto: cree que tiene buenas chances de ser gobernador, en una provincia gobernada oficialmente por el titular del PJ nacional, Eduardo Fellner, y con un poder extendido de la polémica Milagro Sala.

De paso por Córdoba la semana pasada, Massa también jugó al misterio con su posible candidato a gobernador. Alejado de José de la Sota y con un acuerdo local (para la capital) con la exesposa del mandamás del PJ cordobés, Olga Riutort, el líder del Frente Renovador hizo correr la versión de que sumaría a uno de los dirigentes que mejor mide en la provincia hace años: Luis Juez. La aventura le duró horas, días. Acaso enterado de los rumores que empezaban a trascender, el senador repitió que para la presidencial apoyará a Mauricio Macri. El juecismo forma parte de un armado provincial que incluye al Pro y a un sector muy importante de la UCR. Con su declaración enfrió por ahora las chances de sumarse al Frente Renovador. Juez, que ya tuvo dos intentos fallidos para llegar a la gobernación (en 2007, con sospechas de fraude, y en 2011, sin lugar a protesta, perdió con el PJ), estaría ahora más enfocado en renovar su banca y garantizarse seis años más de trabajo en el Congreso.

La Ciudad de Buenos Aires es otro distrito en el que Massa fue y vino. Y volvió a ir. Aquí también hubo nombres que podían ser y no fueron (Lavagna, Martín Redrado, Martín Lousteau) y hace meses se empezó a hablar de una “sorpresa”, de alguien de “afuera de la política”. El aspirante más concreto en este sentido, que admitió públicamente la oferta de Massa y quedó en contestar por estas horas, es el economista y periodista Tomás Bulat. Las pocas encuestas que lo midieron lo ubican por ahora en un modesto cuarto puesto.

La tercera provincia en la que Massa no logra hacer pie es Santa Fe. La incorporación de Reutemann al espacio, una de las figuras con mejor imagen en la provincia, llegó de arranque con un pero: el excorredor avisó que no iría por la gobernación. Como Juez, se sentiría más cómodo con renovar su silla en la Cámara alta. Otra figura taquillera del peronismo santafesino es María Eugenia Bielsa, hermana del ex-DT de la Selección y del excanciller. Ante la falta de señales claras, otra vez el acertijo. “Para Rosario tengo un periodista, y para Santa Fe, un deportista que ganó el Olimpia de Oro”. En la última, dos figuras de esa provincia lograron tal premiación: la leona Luciana Aymar y el boxeador Marcos “el Chino” Maidana.

Las próximas semanas serán clave para definir hacia dónde va el massismo. Es cierto que la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba eligen gobernador separadas de la presidencial. Pero una performance pobre en los distritos más grandes del país luego de la provincia de Buenos Aires no sería una buena señal para Massa. Si no logra sorprender, le costará disimular la debilidad.

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