Las indefiniciones respecto de las circunstancias en que se produjo la muerte de Alberto Nisman no sólo generan interrogantes en la sociedad, sino también en funcionarios del gobierno nacional como Aníbal Fernández, quien este jueves admitió que “las cosas se ponen cada vez más extrañas”.
El secretario General de Presidencia trató de hacer hincapié en que son llamativas las razones que llevaron al fiscal a retornar repentinamente al país: “Seguimos sin saber por qué vino y quién lo llama para que venga”. Pero además se encargó de poner en duda la hipótesis de que el funcionario judicial se mató. (Instantes después, Cristina Kirchner expresó que está “convencida de que no fue suicidio”).
“Nunca dije que fue un suicidio”, aclaró Fernández. “Jamas calificaría (un episodio así) hasta que hablen los peritos. hay una pericia que no dio lo que nosotros creíamos que tendría que haber dado”, apuntó, en referencia al resultado negativo del barrido electrónico.
En la conferencia de prensa que dio, el funcionario kirchnerista fue consultado también sobre las declaraciones de Fernando Esteche (uno de los acusados por Nisman), quien reconoció haber tomado contacto con Ramón Allan Héctor Bogado (supuesto espía de la SI) en la Casa Rosada, pese a que representantes del Gobierno habían asegurado que esa persona nunca había pertenecido a los servicios de inteligencia oficiales.
“Desconozco que Esteche haya estado en Casa de Gobierno. Y Bogado es un señor que vende influencias, un típico chanta argentino que vende influencias. Que haya estado en Casa de Gobierno no garantiza nada”, consideró.
“Lo de los teóricos agentes de inteligencia ya está explicado por escrito que no forman parte de la SI. Son chantas que venden influencias”, enfatizó el secretario General de Presidencia.
Antes de ingresar a su despacho, el funcionario se refirió también a Diego Lagomarsino, el colaborador de Nisman, vinculado al caso porque le llevó un revólver calibre .22 al fiscal: “Hay demasiadas cosas ligadas a este personaje que tienen que ser explicadas a la Justicia. No puede entregar graciosamente un arma a otro si no tiene la credencial de legítimo usuario”.
En el último tramo de la rueda de prensa, Fernández destacó que ahora “todos los medios se han olvidado de la denuncia de Nisman”. “Perdón por la autoreferencia, pero yo una semana antes les dije que era ridícula y que iba a terminar como terminó, ridículamente”, finalizó.
