Las autoridades máximas de la Policía Federal separaron de su cargo al suboficial Rubén Benítez, el único agente que entró al departamento del fiscal Alberto Nisman el fin de semana antes de su muerte.
Benítez era el más antiguo de los suboficiales que integraban la custodia del fiscal, a quien conocía desde hacía más de 10 años. Según se supo, comenzó a trabajar con Nisman en 1999 y con los años forjaron cierta confianza.
De acuerdo con su propio testimonio, el sábado Nisman le pidió consejos acerca de qué arma podría comprarse para defenderse cuando saliera en su auto, si estaba solo e intentaban atacarlo.
Benítez se suma a Armando Niz y a Luis Miño, quienes también quedaron “provisoriamente afuera de la fuerza” hasta que se esclarezca si cumplieron con su deber en las horas previas a la muerte del fiscal.