Los cambios en el gabinete nacional impulsados este jueves por la presidenta Cristina Kirchner despertaron críticas desde el macrismo, el massismo y la Coalición Cívica.
Según la diputada Patricia Bullrich (Unión Pro) la designación del secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, como reemplazante del jefe de Gabinete saliente, Jorge Capitanich, se debe a que “es un vocero que tiene más recursos”. “Lo ponen en ese lugar como un vocero más pícaro, por decirlo de manera simpática”, consideró.
En tanto que, sobre la llegada de la plana mayor de La Cámpora, a través del nombramiento del diputado Eduardo “Wado” De Pedro al frente de la secretaría que encabezaba hasta hoy Fernández, significa “el refuerzo” de la agrupación ultra K en el Gobierno. “La Cámpora es el bastión, el blindaje de la Presidenta en todos lados”, dijo Bullrich.
Más dura fue la diputada Elisa Carrió (Coalición Cívica), quien afirmó que el ascenso de Aníbal “demuestra a qué punto Cristina Kirchner no tiene voluntad de combatir ningún delito, sino de encubrirlo”. Mientras que, con respecto a De Pedro, estimó: “Su designacion seguramente es producto de haber negociado con el juez (federal Daniel) Rafecas la desestimación de la denuncia del fiscal (Alberto) Nisman y de la acusación de (el fiscal Gerardo) Pollicita, ya que éste estaba acusado ante el Consejo de la Magistratura por su actuación en el caso Boudou”.
Por su parte, el diputado massista Alberto Asseff vio los cambios ministeriales dispuestos por la jefa de Estado como una “apuesta por el sectarismo y la confrontación”.