Por estos días, la Comisión de Justicia de la Legislatura porteña que preside el diputado Francisco Quintana (Pro) debate un proyecto que prevé la clausura definitiva de los locales que vendan bebidas alcohólicas sin estar habilitados. La iniciativa es promovida por el también macrista Roberto Quattromano, quien el año pasado ya había propuesto ponerle un fin a la “canilla libre”.
En este caso, su proyecto incluye además multas de hasta $476 mil, que se calculan con el sistema de unidades fijas y varía de acuerdo a la evolución del precio de la nafta de mayor octanaje, hoy en torno a los $14. También se contempla la decomisación de la mercadería.
En diálogo con el portal Infobae.com, Quattromano explicó: “Evidentemente la sanción económica que propone la legislación actual en muchos casos no alcanza. Pese a que los dueños de los comercios conocen las multas, reinciden en la ilegalidad con tal de percibir una ganancia mayor y provocan un daño en la sociedad, particularmente en los jóvenes”.
De acuerdo a informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Argentina es el segundo país de la región que más alcohol consume con una ingesta de 9,3 litros por habitante. El Ministerio de Salud de la Nación también realizó trabajos donde está reflejado que en los últimos años se duplicó el consumo entre los jóvenes.