Serán dos meses de furia electoral, en los que se definirá buena parte del futuro político de quienes se ofrecen para conducir el país tras 12 años de kirchnerismo. Desde este domingo y hasta el 5 de julio, habrá elecciones casi ininterrumpidamente. Será el período con más densidad de urnas del año. Se elegirán ocho gobernadores, decenas de intendentes, cientos de legisladores provinciales y municipales.
El fuego pesado lo abrirá en un par de semanas la provincia de Salta, donde se renovarán los principales cargos del Ejecutivo local. El actual gobernador, Juan Manuel Urtubey, se encamina a conseguir su tercer mandato en el distrito, tras obtener una clara victoria en las primarias abiertas de principio de mes. Será uno de los triunfos más importantes que conseguiría el kirchnerismo en una seguidilla que se pronostica adversa. Semejante ansia de victorias se vio en la masiva presencia de figuras nacionales que se pegaron a Urtubey para festejar las internas. Es muy probable que el tour K se repita el domingo 17.
Luego vendrá una serie de comicios municipales. Hasta el 5 de julio se renovarán intendencias y bancas de concejales en media docena de provincias, casi fin de semana por medio. El próximo mojón provincial, con cargos de gobernadores en juego, sin embargo, será el 14 de junio. Ese día, luego del escandaloso escrutinio provisorio de las internas en el que el Gobierno socialista admitió omitir el conteo de más de 200 mil votos, será la elección general santafesina. El cómico macrista Miguel del Sel es favorito para arrebatarle la gobernación al PS. De concretarse el golpe, será un espaldarazo valioso al sueño presidencial de Macri. El ex-Midachi ganó las PASO aún sumando los votos de los dos candidatos del Frente Progresista que contiene al socialismo y a la UCR.
Al kirchnerismo solamente le esperarían malas noticias allí. Acaso pueda compensar una parte ese día si se confirma la tendencia que lo da peleando la gobernación de Río Negro al jefe del bloque del Senado, Miguel Ángel Pichetto. Aun con un peso claramente menor al de Santa Fe, el Gobierno nacional se anotaría una victoria en un distrito que le era propio y que tomó alguna distancia desde el asesinato del gobernador peronista Carlos Soria y su reemplazo por el dirigente del Frente Grande Alberto Weretilneck. Este mandatario tuvo relación oscilante con la Casa Rosada y se acercó a Sergio Massa. Buscará su reelección.
Una semana más tarde, el 21 de junio, la UCR se prepara para anotarse una buena victoria en Mendoza, donde Alfredo Cornejo y la cobista Laura Montero llegan con la amplia ventaja que sacaron en las PASO de abril. El radicalismo recuperará así una provincia que insólitamente perdió cuando el hijo pródigo del lugar, Julio Cobos, accedió a la vicepresidencia de la Nación. Al casi seguro triunfo de Cornejo se subirá Macri, a quien el candidato provincial le abrió la puerta, luego de un coqueteo con Massa.
Ese mismo domingo también se elegirá gobernador en Tierra del Fuego. Por el peso de la provincia, su resultado quedará eclipsado por los comicios mendocinos.
Y luego sí, vendrá el fin de semana más caliente: el 5 de julio se renovarán las gobernaciones de La Rioja, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires. Otra jornada con malas nuevas para el Gobierno nacional. Salvo la provincia menemista, de escaso despliegue en el padrón, lo aguardan sonoras derrotas en dos de los distritos más importantes del país. Lo que pase ese domingo, sumado a Santa Fe, en cambio, puede dar un buen indicio de hasta dónde se estirarán las chances de Macri de llegar a la Rosada. En la capital porteña, salvo una debacle, ganará Horacio Rodríguez Larreta, cómodo, e incluso no habría que descartar un triunfo en primera vuelta. En la provincia mediterránea, en tanto, la pelea sería entre el peronista disidente Juan Schiaretti y el radical macrista Oscar Aguad.
Córdoba también podría dar señales sobre las chances de la alianza que acaban de confirmar Massa y José Manuel de la Sota. Si el actual gobernador cordobés pierde en su propio distrito, hasta no sería extraño que deponga su candidatura presidencial. En el caso del líder del Frente Renovador, una derrota sería otra bocanada de aire perdida en un armado que no deja de sumarle complicaciones.
Ese día, Daniel Scioli, el kirchnerista mejor posicionado para la presidencial, deberá soportar muy probablemente otra debacle del camporista Mariano Recalde en la Ciudad, y nadie le da ni mínimas chances al peronista K Eduardo Accastello en Córdoba.
La experiencia de 2011, de todos modos, llama a ser cuidadosos con el traslado de los análisis locales al escenario nacional. Hace cuatro años, Cristina soportó varias derrotas provinciales (Santa Fe, Córdoba y Ciudad de Buenos Aires, por caso) y luego arrasó en la presidencial. Scioli cree que esa supuesta contradicción de los votantes podría repetirse. Macri asegura que los comicios locales son indudables señales de un deseo de cambio. Massa trata de ofrecerse por el camino del medio. Durante dos meses, los tres se concentrarán en el calendario como nunca. Serán tiempos de furia electoral.