Recalde con NU

Recalde con NU

Por Fernando Riva Zucchelli y Marcelo Maccio Villegas

Mariano Recalde, candidato a jefe de Gobierno por el Frente Para la Victoria dice que en los próximos comicios confrontarán dos proyectos: el del FPV y el representado tanto por ECO como por el Pro.


En julio de 2009, cuando asumió la presidencia de Aerolíneas Argentinas, nadie imaginó, o al menos nadie lo dejó explícito, que tan solo seis años después Mariano Recalde sería el candidato del kirchnerismo en la Ciudad a la Jefatura de Gobierno, tras ganar la pulseada interna –en las urnas– frente a otras figuras de peso del Frente para la Victoria. La Cámpora es su lugar de pertenencia política, en la que comparte la conducción nacional junto a otros dirigentes del distrito, como Andrés “el Cuervo” Larroque o Juan Cabandié. Cerca suyo aseguran que “vino a la Ciudad para quedarse, y la va a pelear cueste lo que cueste, el tiempo que sea necesario”. La diferencia que les sacó a sus contrincantes internos en las PASO le permitió una amplia libertad en el armado final del espacio.

En un mano a mano con Noticias Urbanas, el joven camporista define la “gran responsabilidad” que le genera ser el representante del proyecto kirchnerista en la Ciudad de Buenos Aires. “Uno deja de pertenecer a una agrupación para ser representante de un frente político mucho más amplio”, describe.

–El kirchnerismo plantea para la Ciudad replicar el modelo nacional, ¿qué significa eso? ¿En qué están desfasadas hoy Ciudad y Nación?

–En muchos temas se ve la diferencia de proyectos. En el transporte, por ejemplo: cuando al Gobierno nacional le toca gestionar los trenes, aviones o cualquier medio público, lo que hace es invertir, crecer, modernizar y que cada vez viajen más pasajeros, porque no es un gasto sino una inversión. En cambio, el Gobierno de la Ciudad entiende que el transporte público es un gasto más dentro del presupuesto, por eso no se amplía nada. Tenemos vagones viejos, se aumenta la tarifa con mayor frecuencia y hay menos pasajeros. Ahí se notan las concepciones y los resultados: uno cree que el transporte es un servicio público, que hay que invertir, que hay que mejorar; el otro cree que es un gasto.

–Usted afirma que hay dos proyectos pero tres candidatos. ¿Cree que el votante logra desentramar este planteo?

–Hoy no sé si lo ve, pero lo va a ver, es nuestra responsabilidad que lo vea. Y si no lo ve, es que fallamos en la campaña. Se va a ver más claro cuando se presenten los frentes electorales para las candidaturas presidenciales. Ahí va a haber dos proyectos claramente diferenciados: el del Frente para la Victoria y el del otro frente, que tiene como precandidatos nacionales a Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Lilita Carrió. Martín Lousteau está con Carrió y con Sanz. Felicitó a Sanz. Y su vice, Fernando Sánchez, es la mano derecha de Carrió. En su búnker estuvieron ambos acompañándolo. Y Carrió y Sanz forman parte de ese espacio con Macri. Todavía no está formalizado en los papeles, pero en poquitos días se va a presentar y la gente lo va a entender. Supongamos que se llame ECO-Pro: la gente va a entender que hay un frente en el país que se llama ECO-Pro y otro que se llama FpV. ¿En la Ciudad los de ECO-Pro son distintos? ¿Tienen un mismo proyecto de país pero distinto de Ciudad? No me parece.

–Usted apunta a que Martín Lousteau votará en el mismo espacio nacional que Macri.

–Exactamente. Yo estoy seguro de que nunca voy a votar a Macri; no sé si Lousteau puede decir lo mismo.

–Hacia dentro del FpV, las PASO hablaron por sí solas, ¿eso significa que ya se decidió el rumbo que debe tomar el espacio?

–El resultado fue contundente. Siempre dijimos que nuestro candidato es el proyecto. Lo que nos toca ahora es llevar este proyecto a la gente. En las primarias dispersamos mucho la fuerza, para ver qué perfil representaba al kirchnerismo. Pero ahora queremos ganar la Ciudad para hacer las cosas que vemos que no se hacen o que se hacen en un sentido contrario a lo que nosotros haríamos.

–¿Cree que al FpV le faltó tiempo de campaña para las PASO?

–Instalar una candidatura lleva mucho tiempo, y más en una ciudad tan grande. Los otros candidatos corren con ventaja, están hace años haciendo campaña, tienen un par de elecciones atrás, y a algunos no les toca gestionar y trabajar, entonces se la pasan en la televisión. Pero pese a esa desventaja, creo que dimos un muy buen primer paso, que es el primer escalón de un largo recorrido.

–Antes del domingo 26, y apenas terminó la elección, algunos decían que Gabriela Cerruti era número puesto para acompañarlo en la fórmula. Incluso ella misma dijo que sería “un honor” ocupar ese lugar. Pero al final, el vice llegó desde afuera del partido. ¿Cómo se llegó a esa determinación?

–Lo que decidimos fue seguir ampliando y mostrar que no somos un frente cerrado. Convocar a un sector muy importante que no quiere un gobierno con los ideales de Macri. Que comparte nuestra visión del Estado, de la política, y que viene de otras agrupaciones tradicionales. Leandro Santoro representa eso: un radicalismo que está descontento con que la UCR se haya ido con el Pro. De los radicales, algunos apoyan al Pro, el proyecto liberal y conservador; y otros mantienen las tradiciones populares del radicalismo y ven en el kirchnerismo la representación de esos valores.

–Supongamos que la fórmula ganadora es Recalde-Santoro. Hace dos años Santoro criticaba con dureza al kirchnerismo, ¿no teme que luego cambie y su vicejefe se convierta en opositor?

–No, no tengo miedo. No tengo miedo de eso para nada. Lo he conocido a Leandro estos años y él comparte la misma visión que nosotros. Lo otro era pura crítica superficial, sobre formas, y él comparte plenamente las cuestiones de fondo, que son las más importantes.

¿Unidos y organizados?

El peronismo en la Ciudad de Buenos Aires supo tener performances electorales que rondan entre un piso del 20 por ciento y un techo del 30. Esos guarismos dependen, en buena parte, de lo que suceda en las comunas del sur porteño, donde el justicialismo aglutina de forma histórica su mayor torrente de votos. Tras la victoria de Recalde en las PASO, proveniente de la organización La Cámpora, y ante la elección de un compañero de fórmula extrapartidario, algunos se preguntan si esta fidelidad se mantendrá en el cuarto oscuro. El titular de la aerolínea de bandera es claro al respecto: “El peronismo está convencido y el Partido Justicialista en la Ciudad está organizado detrás del proyecto de la Presidenta. Lo que tenemos que recuperar son los votantes peronistas, con quienes tenemos pendiente un diálogo. Tenemos que recuperar el voto peronista porque no se explica por qué alguien que se siente peronista termina votando al Pro”, agrega, en un ensayo de pregunta retórica, análisis y autocrítica.

La herencia del FpV

“Nací en esta Ciudad, hago política en esta Ciudad desde los 13 años, vivo en Constitución, mis hijas nacieron acá, van a la escuela acá, mis padres son porteños y siempre me interesó cambiar las cosas desde donde vivo”, aclara Recalde, que mantuvo esta entrevista con Noticias Urbanas en un café cercano a su casa, al que llegó caminando solo, a mitad de mañana, a unas pocas cuadras de la terminal de trenes de Constitución.

Le tocó tomar la posta de Daniel Filmus, histórico candidato del kirchnerismo en la Ciudad, más veces ungido como tal para apuntar a una derrota digna que para apostar a ganador. En la última odisea se lo vio perder la senaduría en manos del extinto Unen, y esa fue su despedida. O su boleto a la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas. Tras una duda inicial, Filmus participa ahora activamente de la campaña con Recalde. Sobre la herencia del FpV porteño, el hijo del actual diputado nacional expresa: “El desafío es superar el techo que tuvo Filmus, y eso es un proceso, un camino que arrancó hace un mes y medio. Subimos el primer escalón bien, y fue importantísimo, porque era un desafío tener en un mes una interna, sacar 12 o 13 puntos, como nos habíamos planteado en lo individual, y estar cerca del 20 como espacio”.

–¿Qué es más importante en la primera vuelta: superar los resultados de Filmus o llegar a un balotaje con el Pro?

–Uno atrae al otro. Por supuesto que es fundamental entrar en el balotaje, para que la gente pueda elegir entre dos opciones distintas, y no tener que hacerlo entre dos cosas que tienen sabor a lo mismo.

El hipotético gobierno

–¿Cuáles serían las primeras medidas si usted llegara a ganar la elección?

–Más presupuesto para Educación, más presupuesto para Salud, la construcción de las líneas de subte que fueron aprobadas por ley pero que fueron abandonadas y la reducción del ABL en una cantidad de comunas, sobre todo en la zona sur, en el orden del 50 por ciento.

 –Dijo que, al frente de la Policía Metropolitana, pondrá a un civil, ¿ya tiene el nombre?

–Hay muchos, pero lo importante es la decisión política. Proponemos un cambio de concepción, ir a una policía de cercanía, no lo que es hoy, que no se sabe bien qué es, si una fuerza de choque del Gobierno o qué. También vamos a ir instrumentando algo que no se ha podido lograr por las diferencias de criterio que existen entre los gobiernos de Ciudad y Nación, sobre el traspaso paulatino de competencias y recursos de la Policía Federal a la Ciudad.

–Ya que habla del traspaso de la Policía, ¿cómo evalúa que está el proceso de autonomía de la Ciudad?

–Estoy de acuerdo en que todavía hay que avanzar con la autonomía, pero yo privilegio la calidad de vida de los vecinos. Se traspasó el subte y la consecuencia fue que 150 mil personas dejaron de usarlo y tenemos menos frecuencias. Entonces quiero, primero, una ciudad que piense en la gente, y luego, que tenga las atribuciones, recursos, manejo de ciertos instrumentos o herramientas que hoy están en manos de Nación.

–¿Considera correcta la coparticipación actual?

–Si hay algo que no le falta a la Ciudad son recursos. No puede ser excusa la falta de presupuesto. Es la ciudad con más presupuesto por habitante, con más autonomía, porque el 90 por ciento de los recursos son propios y solo el 10 proviene de transferencias de la Nación. El problema de la Ciudad no es un problema de recursos ni de presupuesto, sino de administración, ejecución, planificación y decisiones políticas.

Alta en el cielo

Desde que Mariano Recalde se hizo cargo de la presidencia de Aerolíneas Argentinas su popularidad ascendió pero también lo hicieron las críticas que recibió desde distintos sectores. Consultado por aquellas que más le molestan, responde: “Las críticas no me molestan pero hay ataques injustos y falsos, como cuando dicen que Aerolíneas Argentinas pierde plata, porque es lo que se decía en los 90 como excusa para privatizar. Me acuerdo de Neustadt. Yo era jovencito pero lo veía, y él decía: “Los trenes que pierden un millón por día”. Yo no creo que alguien pierda plata cuando invierte para dar un servicio. Vos comprás una cámara de fotos y no decís ‘perdí cinco mil pesos’; decís ‘invertí’ o ‘gasté’, a lo sumo, pero no ‘perdí’”, subraya.

“Lo otro que me duele es que se diga que se pierde cada vez más. El Estado invierte, pero invierte cada vez menos. Tomamos una empresa muy deficitaria y se ha achicado el déficit a una cuarta parte, que le exige al Estado una cuarta parte del presupuesto que le destinaba cuando nos tuvimos que hacer cargo; y con esa cuarta parte sostiene una empresa con 73 aviones”, agrega.

–¿Se anima a evaluar su gestión al frente de Aerolíneas Argentinas?

–No me animo a darle un puntaje. Lo que creo es que lo valora la gente que vuela, la gente que trabaja en la empresa, las agencias que venden pasajes, las aerolíneas que compiten con nosotros y las que hacen alianzas.

–¿El objetivo es que el déficit desaparezca en 2017?

–La apuesta es que el déficit se siga achicando, sin dejar afuera ningún trabajador y sin dejar de volar a ninguna provincia, que es lo más difícil. Achicar el déficit haciendo ajuste lo hace cualquiera.

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