Telerman ya define su estrategia política y de gestión

Telerman ya define su estrategia política y de gestión

El sábado pasado se lanzó la Corriente Porteña en apoyo del jefe de Gobierno, Jorge Telerman. Días antes, la designación de Lito Borello como coordinador de las políticas sociales terminó de definir las tres patas en las que se afirma el telermismo. La peronista, la pro establishment y la superprogre, que cuenta con el apoyo de Hebe de Bonafini


El gabinete se asemeja (con los nuevos cambios) a la idea original que tenía Jorge cuando se tuvo que hacer cargo del Gobierno", confió a NOTICIAS URBANAS un funcionario muy cercano al jefe comunal. Desde el gobierno entienden que los cambios han sido bienvenidos desde la corporación política porteña ya que “de alguna manera" los que entraron, en especial (Juan Pablo) Schiavi, son hombres ligados a la función pública en la Ciudad, conocen todo y los conocen todos" los alaban y ponen como ejemplo en los despachos oficiales.

Lo cierto es que se respira un clima de distensión muy diferente al de los primeros días en los cuales ni el "Pelado" ni su tropa lograban cerrar una propuesta atrayente y sobre todo, que empezara a funcionar. La famosa "gestión" tenía que aparecer y ahora está dando los primeros signos.

El capítulo del Banco Ciudad y el pliego de Julio Macchi, enviado a la Legislatura para que lo apruebe como nuevo presidente, es un tema que fue tan inesperado como confuso desde que se lo lanzó. Levantó algunas críticas que le endilgaron desde el espacio más puramente ibarrista que veía caer con Hecker uno de sus anillos más preciados, el discurso de la Banca Pública. Hablaron de intentos de privatización y el propio ex jefe Aníbal sembró dudas en aquel discurso poco feliz del relanzamiento de su espacio. "Macchi es una señal clara a los inversionistas y a futuros clientes del banco sobre el dinamismo y la apertura que tendrá el mismo a partir de esta gestión. El Banco tenía políticas sociales que no sólo no van a desaparecer sino que se van a ampliar a partir de la generación de nuevos recursos, que es lo que estamos buscando con esto", explica Oscar Feito, algo más que el responsable de la comunicación oficial.

Si uno bucea un poco más a fondo, en el comienzo de la "era Telerman", Javier González Fraga era uno de los preferidos del jefe de Gobierno para ocupar un lugar de privilegio en el gabinete. Lo suyo tenía que ver con el esquema productivo que desvela a Telerman y en el cual Fraga se habría debido encargar de atraer capitales hacia la metrópoli.

La figura de Macchi en el Banco apunta, entre otras cosas, a apuntalar la "agencia de inversiones" que el Gobierno porteño ideó desde un principio y hasta ahora era una materia pendiente. De este modo, al Banco lo tienen pensado como una "pieza fundamental" en el gabinete productivo del que también forman parte los ministerios de Producción y Obras Públicas.

Desde la política los cambios se pueden leer con menor dificultad, ya que el gobierno tiene una pata peronista tradicional -casualmente los mentores de la Corriente Porteña) que encarnan Enrique Rodríguez, Sergio Beros y Juan Pablo Schiavi, una señal al establishment de que "no van a chocar la calesita" a través de Guillermo Nielsen y Julio Macchi, y una continuidad de centroizquierda que definen en las personas de "Gabriela (por Cerruti) y Raúl (por Fernández)", aclara Feito.

De ellos será la responsabilidad que la sociedad pueda visualizar el armado de las fuerzas políticas del progresismo porteño que le pidió Telerman quien volverá a retomar sus tertulias culturales con intelectuales, "su lugar natural" afirman.

"No nos confundamos, Telerman no salió de un repollo, venía con esta impronta de peronista progre desde hacía rato, es natural que trate de sintetizar en la gestión esas identidades y visiones de la realidad", afirma otro dirigente no tan cercano al jefe. El comentario tiene que ver con la necesidad de contener y no seguir dividiendo al espacio progresista que viene ganando en la Ciudad.

"Telerman era y sigue siendo eso, por algo era el vicejefe", remata el concepto.

De todos modos y sabiendo que el tiempo de su gestión es tan tirano como el de la TV, el Gobierno sigue la búsqueda de un jefe de gabinete o coordinador que le deje a Telerman más tiempo para recorrer la Ciudad, que es lo que más quiere mientras esa persona dé respuestas en el día a día de las cosas que no requieran del jefe.

Si ese dirigente no aparece -ya que tendría que ser alguien con una densidad política razonable para el lugar- el puesto no se llenará o quien lo ocupe bajará su nivel en el círculo de las decisiones y será más que nada un ordenador de agenda y actividades. Un viejo sueño de esta administración era la de traer a Pablo Fontdevila pero los compromisos del hombre con la Anses en la que desarrolla un emprendimiento informático de envergadura lo impiden.

LA APARICIÓN DE HEBE DE BONAFINI

Siguiendo los pasos del Gobierno Nacional y del de la Provincia de Buenos Aires, el jefe porteño mostró una vez más la vocación de alinear a la Ciudad con las políticas públicas nacionales, con su estilo. De esa manera, Ángel "Lito" Borello, un viejo conocido de la Jefatura de Gobierno desde las marchas y los actos en los que movilizaba al Comedor Los Pibes y que provocaban el cierre de todas las puertas del Palacio Municipal en la gestión de Ibarra, ahora logró que se abrieran no sólo las puertas sino la política con los cargos correspondientes. Así nació la Coordinadora de Politicas Sociales Urbanas.

Borello, uno de los dirigentes sociales más influyentes de la Capital Federal, relató a NU que "lo más importante de mi futura actividad estará relacionada con los planes de autoempleo que deberán irse transformando en trabajo genuino, vinculados, por un lado, a una economía formal y por otro, a la educación y a la salud. En el tema de vivienda, pensamos asesorarnos con profesionales de la Universidad de Buenos Aires y obviamente coordinar con el Instituto porteño".

Telerman se dio el gusto de compartir un estrado con Hebe de Bonafini a menos de un mes del 25 de mayo, en el cual se conformó con verla desde el VIP. La misma tiene una estrecha relación con la Ministra de Derechos Humanos, Gabriela Cerruti, y no es la primera vez que se ven con Telerman, a quien le regaló un elogio que lo dejó al calvo con una alegría en el alma que se le traducía en una sonrisa imperturbable: "Estamos haciendo una patria nueva y diferente, que es la patria que soñaron nuestro hijos", dijo la histórica dirigente, que se encuentra más sociable políticamente tanto con el Gobierno nacional como con el de la Ciudad.

Tras muchos años de compartir sus actos, marchas y rondas con la izquierda vernácula, Bonafini parece haber encontrado un camino de retorno a la identidad política de "sus hijos desaparecidos" que la sitúan en el presente por dentro del sistema político y no en las antípodas por las que transitó desde la restauración de la democracia.

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