Scaravaglione pudo no haber integrado el directorio del Banco Ciudad

Scaravaglione pudo no haber integrado el directorio del Banco Ciudad

En los días previos al nombramiento de las autoridades del Banco Ciudad, Gustavo Béliz y Jorge Srur cuestionaron duramente a Marta Scaravaglione. La acusaron de gestionar, durante su mandato de concejal, dos subsidios para entidades de las que ella formaba parte. También, de no reunir los antecedentes necesarios para el puesto al que se postulaba. Srur redactó un despacho de minoría que denegaba su designación, pero no prosperó


El 2 de abril de 1998 la Legislatura porteña votó el nombramiento de la cúpula directiva del Banco Ciudad. Entre los elegidos estaba Marta Scaravaglione. Esta ex funcionaria -que acaba de renunciar luego de que se comprobara que abrió más de 60 cajas de ahorro para burlar el corralito- debió sortear duros cuestionamientos antes de obtener el cargo.

El mes anterior a su designación y las de los demás integrantes del directorio, se realizó una audiencia pública en la que se expusieron argumentos a favor y en contra de los postulantes. Éstos, a su vez, realizaron su presentación en público y expresaron las razones por las que defendían su candidatura.

En dicha audiencia, Gustavo Béliz y Jorge Srur, quienes se desempeñaban como diputados por la Ciudad por Nueva Dirigencia (el segundo renovó el mandato y continúa en el cargo) impugnaron la nominación de Marta Scaravaglione. Cuestionaron que, poco antes de que ésta dejara de ser concejal (puesto que ocupó desde 1993 hasta 1997) había promovido desde el parlamento porteño la entrega de subsidios a entidades vinculadas con su persona. También afirmaron que no tenía antecedentes en "administración, derecho de las finanzas o economía", tal como exigía la carta orgánica del Banco Ciudad.

Con respecto al primer tema, los impugnantes afirmaron que, a pocos días de cesar su mandato como concejal, Scaravaglione había presentado un proyecto para dar un subsidio de 30 mil pesos a la "Asociación Amigos Parque Centenario". Y que luego se supo que esa entidad era presidida por su marido, Juan Manuel García Montiel y que ella misma era vocal de su junta directiva.

"El esposo de la ex concejal cobró en persona el cheque de subsidio, cuyo valor equivalía a tres veces el total de ingresos de la entidad el año anterior", asegura un documento redactado por Béliz y Srur que se titula "Por qué no Marta Scaravaglione". Allí también se cuenta que otro subsidio, de 10 mil pesos, fue impulsado por la ex legisladora. En este caso, a un Centro de Jubilados denominado "Se Puede", que funcionaba en el comité de la UCR donde militaba Scaravaglione. Su fin era "comprar máquinas de coser y de tejer" y otros elementos que se ofrecerían a un hogar de día "a inaugurarse próximamente en Salguero 743/755". Cuando, cinco meses después de que fuera concedido, Béliz y Srur investigaron el lugar, encontraron que en esa dirección sólo había un baldío.

DICTAMEN DE MINORÍA

El diputado Srur también presentó un despacho por la minoría, que se opuso al que había suscripto la mayoría de los miembros que integraban la Junta de Ética y la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Legislatura, cuerpos legislativos a los que, desde la Jefatura de Gobierno presidida por Fernando de la Rúa, había sido girado el expediente con las postulaciones.

La diferencia con el despacho de mayoría -que finalmente prosperó en la votación final- era la denegación del nombramiento de Marta Scaravaglione.

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