En una carera contra reloj, en la cual además de tomar el pulso de la gestión se va a trazar el perfil de la alianza política que culminará la gestión de Ibarra, éste se dispone a efectuar el 28 de este mes la última fase de la reestructuración del gabinete que empezara casi seis meses atrás. En aquel momento se redujeron cargos públicos y se nutrió a la Secretaría de Medio Ambiente con áreas que antes pertenecían a la Secretaría de Obras Públicas y de Espacio Público. Luego, a lo largo del verano, se fueron modificando las segundas líneas, en las que se verificó un fuerte avance del ibarrismo, en detrimento de los radicales.
Fusionar áreas que se superponen, disminuir las secretarías y suprimir otras, a las que considera directamente inútiles, serán algunos de los criterios que adoptará el Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, en los movimientos de tablero que se propone realizar en los próxmos días.
Luego de repensar una y mil veces la manera de unir las áreas de Desarrollo Económico y de Hacienda , la "mini carpa" ibarrista terminó por aceptar que el ascendente titular de la primera, Eduardo Hecker, siga conviviendo en el gabinete con su par, Miguel Angel Pesce, que está al frente de la segunda. El secretario de Hacienda acaba de regresar de los Estados Unidos en un viaje de gestión crediticia lo que de algún modo marca la confianza de la que sigue gozando. En el discurso que pronunció Ibarr acuando puso en funciones a los funcionarios que asumieron la pasada semana, Ibarra destacó la labor de la secretaría de Promoción Social, de la de Educación y de la de Desarrollo Económico, sus tres preferidas, las únicas cuyos responsables no correrían ningún peligro.
En cuanto a los cambios, la Secretaría de Seguridad y Justicia podría llegar a sobrevivir -se evaluó su desaparición- aunque con muchos cambios, entre los que estarían incluidos su titular y una profusa cantidad de funcionarios. De no ser así, desaparecería directamente como tal y quedaría reducida a una pequeña estructura, que se encargaría de la justicia contravencional y de faltas, perdida en alguna otra área del Ejecutivo. De darse cualquiera de las dos alternativas, tanto Facundo Suárez Lastra, el actual secretario, como su segundo, Agustín Zbar, tendrían los días contados por el rosario de cuestionamientos que tiene que soportar el jefe de Gobierno para mantenerlos. Por su parte, un correligionario de ambos, el secretario de Planeamiento Urbano, Enrique García Espil, los acompañaría al exilio a pesar del fuerte apoyo que le brindó siempre el arquitecto Bernardo Dujovne desde el decanato de la Facultad de Arquitectura de la UBA. Su segundo, Martín Marcos, también está seriamente cuestionado por algunos sectores frepasistas y podría quedar atado a la suerte de su superior jerárquico. El área – de confirmarse esto- pasaría a depender de Medio Ambiente, cuyo titular, Eduardo Ricciuti, fue objeto de varios embates, aunque en los últimos días se ha consolidado en su puesto.
Otra secretaría que tendría nuevos ocupantes es la de Cultura, a la que podrían arribar Alberto "Paco" Fernández de Rosa y Gustavo López, que fue titular del COMFER en tiempos de de la Rúa. Por su parte, Jorge Telerman podría sucumbir ante Filmus si se fusionaran -como se estuvo evaluando- las secretarías de Educación y Cultura.
La Secretaría de Promoción Social podría sumar a su área en las próximas horas a la Subsecretaría de Vivienda, cuyo titular es además el presidente de la Comisión Municipal de la Vivienda y a los Servicios Sociales Zonales, que dependían de la Subsecretaría de Descentralización en la época de Daniel Siciliano, que fue reemplazado el jueves pasado por Ariel Schifrin. La Secretaría de Salud, a la que alguna vez se pensó fusionar con la de Promoción Social, mantendría su independencia.
