Funcionarios de la Secretaría de Seguridad porteña realizaron este viernes 6 un megaoperativo de saturación de inspecciones en los barrios de Núñez y Belgrano, que integra el denominado Bloque de Legalidad oficial. Del mismo participaron más de 120 personas, que realizaron 263 inspecciones. Como resultado de los controles se clausuraron cinco comercios (dos panaderías, un restaurant, una verdulería y una Estación de Servicio Shell) y se labraron 154 actas.
Los procedimientos comenzaron a las 10.30 con la recorrida de los inspectores por distintos locales y comercios del barrio. El trabajo duró seis horas y abarcó 12 manzanas, entre las calles Mendoza, Roosevelt, Migueletes, 11 de Septiembre y 3 de Febrero.
En el operativo participaron distintas áreas de la Secretaría de Seguridad como son la Dirección General de Fiscalización y Control, la Dirección General de Obras y Catastro, la Dirección General Higiene y Seguridad Alimentaria, y la Dirección General de Calidad Ambiental. También se sumaron al mismo organismos como la AFIP, la Subsecretaría de Trabajo de la Nación, Rentas de la Ciudad, la Dirección General de Comercialización de Combustibles, que depende de la Secretaría de Energía de la Nación y Contravenciones y Faltas de la Policía Federal.
Fueron inspeccionados puntos críticos en comercios en general, y en lugares de mayor riesgo como estaciones de servicio, clínicas y hospitales, geriátricos, restaurantes, hoteles, playas de estacionamiento y cines.
Entre las irregularidades más comunes se detectaron faltas de higiene en forma generalizada, la imposibilidad para exhibir la habilitación correspondiente y falta de funcionamiento de los sensores de filtraciones en el caso de la estación de servicio.
La Estación de Servicio Shell, ubicada en Avenida Del Libertador y Olazabal fue clausurada por la Dirección General de Control de la Calidad Ambiental, que depende de la Subsecretaría de Control Comunal, por encontrarse afectadas sus condiciones de seguridad.
La misma no contaba con los sensores lumínicos y el sistema de alarmas reglamentarios, que sirven para detectar posibles filtraciones de combustible en los diferentes tanques del playón.
Además, el establecimiento tenía otras irregularidades menores, como la falta de transferencia de titularidad de la habilitación de la estación de servicio y la falta de la habilitación de la empresa encargada de la limpieza de los tanques de agua.
A partir del momento de la clausura la estación de servicio cuenta con 72 horas para vaciar los tanques y resolver sus irregularidades en materia de seguridad, de esa manera podra volver a funcionar.