No es una tarea sencilla comunicar para el ibarrismo luego del incendio en República Cromañón: el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, cambió sus apariciones relajadas en programas políticos, donde siempre jugó de local, para ser visitante, y no ilustre, en cada lugar adonde desplazó su cara, desmejorada, producto de haber perdido una decena de kilos. En una entrevista radial, el subsecretario porteño de Comunicación Social de la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Rosso, expuso las estrategias que se aplicaron y las que se vienen para tratar de pasar el momento.
"Quizás exista alguna posibilidad de que el Estado intervenga en términos de información acerca del uso de este instrumento, que es el referéndum revocatorio de mandato", dijo Rosso, quien agregó: "Me parece interesante hacerlo porque, como ustedes saben, nadie participa cuando no tiene la información adecuada para poder participar, entonces si la gente duda acerca de si la firma supone la posibilidad de intervenir en la revocación directa de Ibarra sin que medie una votación general".
Pero claro, al igual que en la recolección de firmas, la Constitución de la Ciudad es clara en que el sujeto que debe promover el referéndum es la sociedad civil y no el Estado, además de que a diferencia de otros mecanismos de democracia directa el referéndum no tiene previstas exigencias de comunicación estatal.
"El problema que tenemos a priori, que estamos estudiando es cómo se hace para darle vía libre a la intervención del Estado en un proceso que constitucionalmente está en manos de la sociedad civil", admitió Rosso, quien además expresó: "Si logramos resolver esa disyuntiva, posiblemente lo que hagamos sea una campaña masiva de información".
En el programa "Acreditados", que se emite por Radio La Isla, el subsecretario de Comunicación Social también manifestó: "La imagen positiva del jefe de Gobierno antes de los fatales acontecimientos de Once era del 42 por ciento, descendió 28 por ciento en las semanas posteriores y actualmente está en un 40 por ciento, prácticamente el mismo nivel de imagen positiva que antes de la tragedia, por lo cual no tenemos dificultades de emisión en ningún nivel de la comunicación".
"La cobertura de la 1110 -añadió- durante la crisis de Cromagnón fue muy buena no sólo por su alcance territorial sino también por su absoluta pluralidad. Fue una radio que durante todos los días posteriores a la tragedia, todos los legisladores de los distintos partidos políticos y los distintos sectores sociales pudieron hacer uso de la palabra sin ningún tipo de limitación o prohibición".
En tanto, Rosso señaló: "Como todos los procesos de crisis estudiados, después de un impacto como el de la noche de la disco Cromagnon en Once, se genera una especie de golpe en donde todo el sistema mediático funciona alrededor de un nuevo actor que surge de ahí, que son los padres de las víctimas. Obviamente ese discurso es sumamente legítimo que durante las dos primeras semanas genera y condiciona el modo de como funciona el sistema de medios, y después de dos o tres semanas ese actor va perdiendo centralidad, porque ese actor no busca explicar la situación ni darle sentido a esa realidad, sino que legítimamente lo que busca es reparación, pero busca una reparación imposible que es su familiar querido perdido".
"Por lo cual -expresó el funcionario porteño-, como ha pasado en todas las crisis, ya sea las Torres Gemelas en Estados Unidos, o en España con la estación de Atocha, después de algunas semanas cuando el espacio mediático es controlado por este discurso legítimo de la sensibilidad, ese discurso empieza a ser suplantado por otros más institucionales que buscan una salida hacia adelante. Cuando eso se empezó a producir, lo que también se empezó a recomponer es la imagen positiva del jefe de Gobierno, en la medida en que en ese escenario más descomprimido, la responsabilidad que se había colocado centralmente sobre el jefe de Gobierno comenzó a distribuirse sobre otro conjunto de actores de la tragedia, como fueron los músicos".
"Lo que pasa es que ese concurrir a la Legislatura fue también en ese mismo sentido, ahí se produjo un fenómeno comunicacional muy interesante, que queda para los estudiantes o los investigadores", adelantó Rosso entusiasmado. "Los que demostró la Legislatura es que ese discurso absolutamente legítimo de las víctimas no es exportable a las no víctimas, esto es, cuando los sectores de la derecha de esta Ciudad, como es el grupo más concentrado del macrismo, quisieron expropiar el discurso de las víctimas no lo pudieron hacer porque una cosa es el peso emocional legítimo del familiar de una víctima y otra cosa es que ese desborde emocional lo tengan los legisladores de la oposición, que ponían en escena un dolor impostado, porque efectivamente el dolor de los familiares no es transferible a ningún otro que no sea familiar. Eso lo entendió Aníbal Ibarra por lo cual lo que se plantó con una actitud de distancia, que no era otra cosa que una actitud de respeto ante un dolor que no era transferible, que es dolor de los familiares".
