El Partido Justicialista de la ciudad de Buenos Aires no gana para sustos. El tándem Beliz-Roy que con pitos y trompetas anunció hace un tiempo que volvían al redil de la mano de Carlos Ruckauf, hoy está decidido a competir en octubre por afuera del PJ con un nuevo sello que saldría de la fusión de Nueva Dirigencia y País. Mientras tanto el ruckaufismo del distrito, piloteado por Fernando Maurette, Guillermo Oliveri y Eduardo Rollano, no logra digerir cada una de las gambetas que le propone el joven ex ministro del Interior de Ménem y socio de Cavallo en las últimas elecciones comunales y su comportamiento, tanto en la acumulación de lugares en las listas como de víctima permanente de no se sabe que fantasma. El "que si que no" exaspera y no le ofrece garantías al gobernador bonaerense, hoy preocupado por hacerse de un distrito con miras a la próxima presidencial habida cuenta del alambrado electrificado que protege al armado partidario provincial de su socio Eduardo Duhalde.
Montado en las maniobras dilatorias del proceso electoral -de la cual no parece ser ajeno -José Manuel de la Sota ingresó al escenario porteño, clave para el 2003, con un pedido de unidad de todos los sectores internos tanto para autoridades partidarios como para cargos electivos que no deje heridos de peso que erosionen la posibilidad de una elección razonablemente buena para octubre. El menemista Daniel Scioli ha cosechado del mandatario cordobés una catarata de elogios y parece ser el hombre al que se apunta para sellar el "todos unidos triunfaremos".
Mientras tanto un grupo de legisladores agrupados en la Legislatura en el Frente Justicialista como Eduardo Valdés, Alicia Pierini y el kirchnerista Alberto Fernández entienden que no es éste el momento de la confrontación interna y pugnan para que finalmente se produzca un acuerdo amplio, que de cuenta de cual es el proyecto de peronismo para la ciudad y que no centrifugue aún más a la ya vapuleada militancia distrital.
Para colmo de males, el interventor del PJ porteño, el sanjuanino Jorge Escobar sufrió el fin de semana pasado un grave accidente automovilístico que le sumó varias fracturas a los pedidos de renuncia que colecciona desde que asumió como tal.
