El líder de Propuesta Republicana (PRO), el ingeniero Mauricio Macri, casi no pudo disimular su sorpresa al enterarse del acuerdo electoral alcanzado por Elisa Carrió y Patricia Bullrich, y acaso para salir del paso repitió que su partido no descree de las alianzas (aunque aclaró que prefería no usar esa palabra), y que su voluntad de concliación es la de siempre. Enterado también esta semana del lanzamiento de Daniel Scioli como precandidato a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el presidente de Boca Juniors no dudó en decir que -en este escenario- está trabajando para disputar el premio mayor: la Casa Rosada.
Macri, tal vez sin quererlo, ya había arruinado sus posibilidades de coordinación electoral con Jorge Sobisch y con Ricardo López Murphy, y con sus declaraciones de este miércoles no hizo más que resentir el diálogo con su último eslabón, Roberto Lavagna, que siempre lo pensó como jefe de Gobierno. Eso sí: reconoció que el suyo es un partido abierto, tanto que la legisladora Gabriela Michetti, amiga personal de Carrió, participa con la líder del ARI de un foro.
"Bueno, Gabriela Michetti tiene diálogo con mucha gente. Nosotros comentamos el diálogo. Somos gente que cree que vale la pena dialogar con gente que esté en buena fe y que el trabajo que está haciendo en política sea realmente a favor de una Argentina que salga ilesa y rompa todos los esquemas que nos han tenido atrapados durante décadas, provocando la exclusión que tenemos hoy, ¿no?", aseguró, preguntándose a sí mismo.
"Pero en el fondo también en el fondo, al ‘que se vayan todos’ de hace cuatro años, no puede ser que lo único nuevo…que lo único nuevo sea yo. O sea, hay una gran contradicción de la Argentina. O sea, todos queremos renovar la política pero al final nadie se propone participar".
Para Macri, los que estaban antes están también ahora, como si él no fuera un personaje público (él y su padre) desde hace años en el proscenio vernáculo, porque, dijo, "con los mismos sus mismos métodos nada va a cambiar".
El ex hombre fuerte de Socma aclaró a Radio 10 que el grupo que rodea al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, no parece tener disposiciones imprescindibles.
"Planteamos la convocatoria pero no vimos un gesto de otros candidatos de mejorar esta situación, con la misma generosidad, con lo cual no hay convicción para el diálogo. Para sentarse en la mesa hay que pensar mucho en la construcción de normas que establezcan cómo vamos a trabajar durante la campaña y sobre todo cómo vamos a trabajar siendo gobierno para no repetir experiencias frustrantes", dijo Macri, seguro de su hipotético triunfo.
"Y después discutir el programa de gobierno, qué modelo de país queremos y recién las candidaturas". Pero "sin compromiso no se puede hacer nada".
¿Sin compromiso para el cambio?