Los huevazos que recibió el lunes pasado la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calaron hondo en la reconocida luchadora por los derechos humanos. Carlotto dijo que el ataque a huevazos de familiares de víctimas de Cromañón que sufrió cuando se retiraba del Teatro Cervantes -tras compartir una jornada sobre derechos humanos con el juez español Baltasar Garzón- "no fue un acto impensado, fue muy bien pensado: estaban desde las cinco de la tarde en la puerta del teatro con fotografías, carteles insultantes dirigidos hacia mi persona".
En declaraciones realizadas en varios programas de radio, Carlotto señaló: "Estoy dispuesta a que vengan todos y digan ‘nosotros’, con una lista de nombres, ‘hicimos esto porque nos equivocamos’, a ver qué explicación dan, y la den pública. Esto tiene que quedar como un arrepentimiento sano de un acto irracional, y que además prometan no seguir con esto, seguir el camino de lo lógico, del ser humano, que habla y no pega".
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien firmó junto a otras personalidades una solicitada en defensa del jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, señaló: "Yo no defendí a Ibarra ni a un partido político. Defendí el proceso democrático. Entendí, y eso lo hice público bastante antes, que defendía la democracia. Si cada vez que un funcionario está encomillado como partícipe o responsable de algo, vamos a decir que tiene que irse o lo tildamos de asesino, vamos a vivir en un eterno movimiento de ‘éste no me gusta, aquel tampoco’. Eso no es lo correcto".
Para Carlotto, "corresponde el camino de la justicia, y si se comprueba, las sanciones que correspondan, de acuerdo a la responsabilidad. Pero no tomar a una persona que representa lo que se votó. Lo votaron los ciudadanos, y tendrá que rendir, de hecho lo hizo y lo está haciendo, en un proceso lógico".
Frente a la comparación de la actitud de los familiares de las víctimas de Cromañón con los escraches de la Asociación HIJOS a represores y ex funcionarios de la dictadura, Carlotto sostuvo: "No tiene comparación. Yo estoy en contra de todo acto de violencia pero creo que se puede hacer un escrache que es lo que hacen los HIJOS yendo al frente de una casa o de un barrio determinado diciéndole al vecino: ‘atención, acá vive un torturador, un asesino, tengan cuidado’, y escriben en la calle con aerosol. Bueno, a quien le arrojaron huevos, fue a Alemann. No comparto la violencia de arrojar nada pero yo no creo que mi figura, mi trayectoria o mi forma de luchar no merezca respeto cuando este hombre, ya sabemos que fue parte de una dictadura que nos sometió a esa pobreza infinita que comenzó entonces y en la que vivimos ahora, o sea que tiene que rendir a la historia".
Por último, Carlotto manifestó: "Nuestras abuelas desde el primer momento estuvieron en la calle Mitre acompañando, auxiliando. Nosotros ofrecimos formalmente el centro de asistencia psicológica para los que necesitaran tener alguna terapia porque ese es un centro abierto y con todo gusto lo ponemos al servicio de este caso en especial. Y yo no me he presentado, no he ido a las convocatorias de las marchas condena o marchas porque han ido otras abuelas y no porque he pensado porque si voy las cámaras me enfocan y el fondo no es Abuelas ni Estela, sino son ellos los que están demandando por sus derechos en este momento".