Dos imágenes bien distintas, se vivieron bajo tierra, a la que podría sumarse una de la superficie. A las 6 de la mañana las 5 líneas de subtes estaban desiertas, cerca de las 9, una multitud se apiñaba alrededor de los molinetes, algunos los saltaban, y se desesperaban por tomar el primer subte del día. Afuera, en las calles porteñas las largas filas de personas esperando los colectivos y las unidades cargadas de pasajeros, daban cuenta del efecto del paro que los trabajadores de subterráneos mantuvieron entre las 6 y las 9, medida que repetirán esta tarde, entre las 15 y las 18.
El paro fue total y el conflicto entre los trabajadores y los directivos de la empresa Metrovías va en aumento, luego de que fracasara una reunión, el día jueves 3, en el Ministerio de Trabajo, los sindicalistas piden, entre otros puntos, una recomposición salarial del 53 por ciento, algo que la empresa se niega a otorgar.
Metrovías les ofreció a los empleados un aumento del 7 por ciento, propuesta que fue rechazada por los delegados de los trabajadores.
La empresa también publicó una solicitada en los diarios del jueves, en donde hizo referencia al sueldo de los empleados, a los aumentos otorgados por la compañía y a las obras realizadas en los subterráneos.
Los gremialistas los acusaron de mentir y aseguraron que los subtes se encuentran en estado de emergencia. El conflicto entre las partes se viene agudizando desde comienzos de diciembre del año pasado y esta tarde se volverá a escribir un nuevo capítulo de esa historia.
Por otra parte, en horas de la mañana, luego de finalizada la medida de fuerza, autoridades del Ministerio de Trabajo intimaron a las partes en el conflicto solucionar sus diferencias y les exigieron normalizar el servicio.