Elvio Vitali murió este sábado en el Instituto Fleming. Tenía apenas 54 años. Fue velado en la Biblioteca Nacional, de la que fue director, y hoy fue enterrado por la mañana en el Campanario Jardín de Paz del Parque Pereyra Iraola. Una biografía suya podría decir que fue secretario general del centro de estudiantes de Derecho en los "gloriosos" setenta por lo que debió huir en 1978 y partió al exilio con la dictadura.
En la primavera democrática post entrega del poder e los militares, cuando pudo volver al país, en 1984 fundó la librería Gandhi, junto a Mauricio Achar y Elsa Amado, con quien además tuvo a sus dos hijos: Franco y Julia. Vitali fue, además, uno de los fundadores de la librería Losada y presidió hasta el 2005 la comisión que organiza la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
También podría decir que fue integrante desde el comienzo del Grupo Calafate, junto a Néstor Kirchner. Que lo acompañó a Miguel Bonasso en la lista de diputados en 2003 y luego fue director de Industrias Culturales del gobierno de Kirchner. Que entre junio de 2004 y diciembre de 2005 fue director de la Biblioteca Nacional.
Mientras fue legislador formó parte de la Corriente Popular porteña con su amigo entrañable Miguel Talento y el funcionrio y también ex legislador Claudio Ferreño, integró la Sala Juzgadora de Aníbal Ibarra en la que fue muy crítico de la actitud del ex fiscal (terminó votando abstención aunque estaba a favor de la destitución), que tuvo la idea del Festival Internacional de Tango, la reglamentación de las milongas, el proyecto para un subsidio mensual para los escritores a modo de jubilación, y trabajaba desde la Comisión de Comunicación para salvaguardar el canal de la ciudad.
Su vida de luchador quedó plasmado en el libro La Voluntad, de Eduardo Anguita y Martín Caparrós y en la memoria de todos aquéllos que compartieron sus andanzas. El se autodefinía como gestor cultural. ?Buena parte de la industria cultural del libro añora una época de oro, durante la cual la producción nacional se distinguía en calidad y cantidad. En el vértigo de las tareas, fue perdiéndose nuestro reconocimiento al oficio del editor?, había escrito hace poco.
Vitali, una persona muy querida en todos los lugares que frecuentó o integró, era uno de esos "solitarios luchadores, defensores de proyectos que reflejan la esencia de nuestra identidad?, tal como destcara él mismo no hace tanto tiempo.