Pese a que la situación social de los porteños se agravó notablemente en los últimos años, desde 1996 que no se realiza ninguna estadística seria sobre desnutrición. A esta información, llegó el asesor Tutelar de la Justicia en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad, Gustavo Daniel Moreno, luego de iniciar una investigación donde además detectó un notable incremento de denuncias por deficiencias de nutrición y bajo peso en niños y niñas, muchos de los cuales se encuentran alojados en hoteles cubiertos mediante el Programa de Atención a Familias Sin Techo (PAFSIT).
Luego, con los casos documentados, Moreno recurrió a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, a cargo de Alicia Oliveira, que a la vez emitió una resolución el 17 de marzo, mediante la cual se reclamó que la Secretaría de Salud porteña elabore inmediatamente un informe serio, que la cartera de Educación capacite a los maestros para detectar casos de chicos con hambre, y que el área de Desarrollo Social trabaje seriamente el problema con equipos interdisciplinarios.
"Si no quieren que vivan, no les den nada", afirmó Oliveira en referencia a que en muchos hoteles de la Ciudad a los chicos que tienen problemas alimenticios hereditarios se les dan los remedios que necesitan, pero no la comida que indica el médico, por lo que el tratamiento no sirve de nada.
En este sentido, la resolución de la Defensoría diferencia los casos de desnutrición por el insuficiente aporte calórico, proteico y de vitaminas, minerales y oligoelementos, es decir por hambre -a los que cataloga como primarios-, y a los que refiere Oliveira que son por una patología de base, a los que denomina secundarios.
La suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros años de edad, más exactamente en los primeros 18 meses. Si durante este tiempo no recibe una adecuada ingesta de nutrientes, el niño se transformará en un débil mental y en el futuro poco podrá hacerse para revertir esta situación.
"En términos generales -señaló la ombusdman porteña- soy bastante crítica con los programas sociales del Gobierno de la Ciudad, pero a mí lo que me interesa es que los chicos coman. No es solamente cuestión de regalar bolsones, tiene que haber equipos interdisciplinarios trabajando seriamente sobre el problema". Además agregó: "Tenemos que actuar rápido, porque después de tres años de padecer desnutrición a los chicos no los podemos salvar con nada".
"Resulta moral y legalmente inaceptable que nuestros niños y niñas padezcan desnutrición y alimentación deficiente frente a un Estado obligado a proveer los recursos necesarios para el efectivo ejercicio de los derechos a una alimentación adecuada y a la salud entendida de modo integral por parte de todos los niños y niñas que habitan en la Ciudad de Buenos Aires", concluyó Oliveira.
CASOS CONCRETOS
Cuatro niños de una familia que habitan en un hotel del Gobierno de la Ciudad, certificaron en el Hospital General de Niños "Pedro de Elizalde" que padecen deficiencias nutricionales y un déficit de peso para la talla. Actualmente esta familia no concurre al comedor de su barrio "por la mala calidad de la comida".
Por otra parte, Moreno informó que hay otros tres casos de chicos que tienen dificultades de salud y que no están recibiendo la alimentación especial que requieren. Uno de ellos padece anemia y dificultades para respirar y tragar, otro sufre de atrexia anal y otra padeció una infección intestinal que derivó en una cirugía realizada en el Hospital de Pediatría "Profesor Juan Garrahan".
MIENTRAS LOS CHICOS TIENEN HAMBRE, LOS FUNCIONARIOS NO RESPONDEN
Para realizar la investigación que derivó en la resolución de la defensoría, el asesor tutelar de la Justicia requirió a distintos organismos porteños que le informen sobre distintos aspectos que hacen a esta problemática.
Muchos de estos pedidos cayeron en oficinas que no supieron o no quisieron contestar las demandas de Moreno. Por ejemplo, la Secretaría de Salud de la Ciudad, luego de intentar pasarle a la Dirección General de Estadística y Censo la responsabilidad por no haber realizado ninguna investigación acerca de desnutrición, tampoco se dignó a responder una carta fechada el 5 de noviembre de 2002. La misma actitud con respecto a los requerimientos judiciales tomó la Dirección de Política Alimentaría de la Secretaría de Desarrollo Social, a cargo de Gabriela González Gass.
