La alegría no es sólo cuestión de consumo compulsivo, y no está exclusivamente en los shopping-centers. La reapertura, ayer por la tarde, del Centro Cultural Carlos Gardel, en el casco histórico de la ciudad, en la calle Defensa a la altura de San Telmo, resultó una fiesta para más de trescientos infantes y los responsables del área.
En Defensa 535, sede del centro, funciona el Tangódromo, considerada una de las milongas más importantes de la Ciudad, donde las refacciones habían comenzado a principios de este año.
Se construyó una plaza seca (sin zonas verdes) para más de seiscientas personas. El escenario está al aire libre. La sala interior también fue objeto de obra (se mejoró la acústica, se hicieron baños, salones y oficinas).
El Carlos Gardel, como el Tangódromo, dependen del Ministerio de Cultura porteño, y ya se anuncian ciclos: "Estamos en Banda", musical, un espacio para artes visuales y los sábados, "Defensa Varieté", teatro.
El centro abre de martes a domingo de 13 a 21.