Ballet neoclásico

Ballet neoclásico

El director del Ballet Neoclásico de Buenos Aires -Guido De Benedetti- celebra sus 30 años en el mundo de la danza con dos estrenos en el Teatro Avenida. Se trata de una versión de "Giselle" y "El Gran Charles".


Dos propuestas artísticas se llevarán a cabo en breve. Ambas estarán a cargo de Guido De Bendetti director del Ballet Neoclásico de Buenos Aires. Las funciones para "Giselle" son los domingos 12 y 19de este mes, en el primer caso a las 18, y en el segundo a las 20.30, mientras que la segunda opción "El Gran Charles" tendrá lugar el viernes 17 y sàbado 18, a las 20.30, siempre en el Teatro Avenida (Avenida de Mayo 1222).

Hilarion está enamorado de Giselle. Ella lo rechaza por preferir a Loys, bajo cuyos mentidos andrajos de pueblerino se encuentra el duque Albrecht. Hilarion jura venganza y en la fiesta de la vendimia, desenmascara a Loys, quien ya estaba comprometido con una princesa, Bathilde.

Al enterarse, Giselle cae presa de la locura y se suicida. Myrtha, la reina de las Willi (blancos espectros femeninos) la recibe al tiempo que Albercht llega a su tumba a dejarle flores.

Las Willi quieren atraparlo, pero Giselle lo defenderá con amor y firmeza para apartarlo de un trágico destino enfrentando a Myrtha, reina de las Willi.

El elenco lo integran Gabriela Alberti, Edgardo Trabalón, Néstor Asaff, Sebastián Ameri, Norma Molina, Vanesa Castiglioni, Nicolás Prediger, Federico Fernández, Andrea Martínez, Flavia Correa, Soledad Mangia, Silvina Pérez, Sofía Gavito, Sabrina Cencic, Mariángeles Alé, Jésica Miranda, Roxana Pignata, entre otros.

En cuanto a "El Gran Charles" así es como en cada cuadro, Chaplin, encontrándose en la vigilia de su muerte, ve mezclarse sus distintos personajes, que se unen en situaciones de forma atemporal, dándole una interpretación más sucinta y candorosa a los acontecimientos planteados.

Cuando reconoce satisfecho en sí mismo la creación e interpretación de todos ellos, vuelve a sentir la paradoja de tener que abandonar su faceta creativa por razones políticas y ve como todos esos individuos irreales se llevan consigo la magia del espectáculo, transformándose solamente en tiras de celuloide.

Charles deja el personaje y vuelve a ser persona, y apoyado por su gran amor, descubre nuevamente la felicidad de vivir y recrear la vida para los suyos.

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