El líder y comandante de la revolución cubana Fidel Castro murió en la noche del viernes, según anunció su hermano Raúl Castro durante un comunicado leído en la televisión estatal.
El padre histórico de la Revolución Cubana falleció en la noche del viernes 25 de noviembre a las 22:29 y sus restos serán cremados “atendiendo su voluntad expresa”, explicó Raúl Castro, visiblemente emocionado. El mandatario agregó que en las próximas horas se anunciará cómo se realizarán las exequias de Fidel Castro.
Castro, quien cumplió 90 años el pasado 13 de agosto, se encontraba en estado delicado desde hacía años. La muerte se produjo en su residencia particular y, según explicó el actual presidente de Cuba, sus restos serán cremandos a primera hora de este sábado.
Con una salud delicada desde 2008 -año en que cedió el poder a su hermano Raúl-, había regulado a cuentagotas sus apariciones en fotografías oficiales, acompañado la mayoría de las veces de algún presidente extranjero.
La última de sus Reflexiones data del 28 de marzo de 2016. En ella, Castro se refería al “Hermano Obama”, en referencia al acercamiento histórico entre Estados Unidos y Cuba. “No necesitamos que el imperio nos regale nada”, había escrito en esa oportunidad.
Su última aparición fue el pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang.
Castro nació el 13 de agosto de 1926 en Mayarí, en el oriente, como hijo extramarital de un emigrado gallego de buena posición económica, Ángel Castro Argiz, y su cocinera, Lina Ruz González.
El padre dejó en manos de los jesuitas la enseñanza primaria de sus dos hijos varones, hasta que el ingreso de Fidel a la Universidad de La Habana, donde se graduó como abogado en 1950, lo colocó en el camino de la política.
Allí militó en la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), grupo dirigido por el excéntrico EmilioTró. La UIR era una organización que creía febrilmente en la violencia como método, pero su único programa de gobierno se basaba en el profundo anticomunismo de su líder.
Con la muerte de Tró en 1949, Castro migró a la dirección del Partido Ortodoxo (PO), desde donde denunció las atrocidades cometidas por la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958).
En ese entonces, La Habana era considerada un refugio de maleantes y mafiosos. En 1950, el 90% de las minas y de las haciendas, el 40% de la industria azucarera y el 80% de los servicios públicos cubanos estaban en manos extranjeras.
El 26 de julio de 1953, Castro realizó el fallido ataque al Cuartel Moncada, germen de la futura Revolución Cubana. En el juicio en su contra, Fidel asumió su propia defensa y pronunció su famosa frase “Condenadme, no importa. La historia me absolverá”.
Lo que sigue es conocido: la amnistía, el exilio en México, su encuentro y amistad con el argentino Ernesto “Che” Guevaray la partida del yate Granma con 80 revolucionarios a bordo.
Castro estuvo entre los 12 sobrevivientes que se ocultaron en Sierra Maestra, desde donde comandó la guerra de guerrillas que terminó con el gobierno de Batista el 1 de enero de 1959. Ya lucía entonces el uniforme verde oliva, la barba tupida y el enorme puro humeante que caracterizarían al icono revolucionario.