Como no podía ser de otra manera, las internas políticas le pusieron un condimento al acto que organiza la Confederación General del Trabajo (CGT). Desde el comienzo, los 30 gremios que forman parte de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) informaron que adherirán -sin parar, para facilitar la concurrencia- a la concentración que se realizará este martes desde las 15:00, aunque reclamaron que “al acto del martes sólo suba al escenario el Consejo Directivo de la CGT, ya que la misma es promotora a la convocatoria a la marcha del #7M“.
Paralelamente, el presidente de la CATT, Juan Carlos Schmid aclaró que no pondrán “nosotros no vamos a poner molinetes para ejercer derecho de admisión” en alusión a la posible presencia de kirchneristas en la marcha, aunque sus colegas le pidieron que sí los coloque en la escalera que lleva al palco, precisamente para impedirles el paso.
Pero lo que motivó la prudencia en el integrante del triunvirato directivo de la CGT fue la afirmación del senador Miguel Ángel Pichetto, que había expresado que la CGT cumple las funciones del rol de conducción del peronismo, hoy acéfalo. “La deriva de los acontecimientos nos ha llevado hacia ese lugar. No me animaría a tener una calificación tan contundente como la del senador”, se atajó.
En cuanto a la convocatoria del movimiento obrero, que a lo largo de su historia ha carecido de reparos políticos, Schmid aclaró que se llama a “que vengan todos los que coincidan con los reclamos de la CGT“, porque para la organización que nuclea a los trabajadores, la situación “desbordó lo sindical“.
Si bien los representantes de la organización rectora del sindicalismo argentino se reunieron con las conducciones de casi todos los partidos políticos, con representantes empresariales y hasta con el organismo que reúne a los defensores del pueblo de todo el país, ningún exponente del mundo extrasindical sería invitado a subir al palco, que quedaría reservado sólo para los miembros del Consejo Directivo de la CGT.
La explicación de Schmid en lo que respecta a la actividad que desarrollan las organizaciones sindicales es esclarecedora, en especial al destacar las diferencias con la actividad político-partidaria. “La CGT es una confederación, una organización de tercer grado. Acá hay sindicatos industriales, estatales, privados, de servicios, ligados al comercio exterior y otros vinculados al mercado interno. Unificar estos criterios requiere un esfuerzo y una metodología que es desconocida para muchos que están fuera de la organización sindical”, distinguió.