Entre empanadas y gaseosas, la Legislatura aprobó el desdoblamiento de las elecciones porteñas

Entre empanadas y gaseosas, la Legislatura aprobó el desdoblamiento de las elecciones porteñas

La fecha de las elecciones en la ciudad de Buenos Aires no podrá coincidir "nunca" con la de los comicios nacionales. Así lo estableció la Legislatura porteña al sancionar, esta madrugada, un proyecto del diputado Pablo Caulier estableciendo la obligatoriedad del desdoblamiento. Fuentes oficiales estiman que los mismos serían alrededor de mayo tras el ballotage nacional


"Los 40 votos están, lo que no conseguimos es que estén todos sentados en sus bancas", señaló un asesor de un diputado de la bancada más numerosa de la Legislatura. Además, tanto el acto organizado por Aldolfo Rodríguez Saá que tuvo como participantes a los diputados Enrique Rodríguez y Miguel Doy, como el horario tardío en que se desarrollaba la sesión, amenzaban con cobrarse más de un voto, lo cual ponía en riesgo la sanción del proyecto de desdoblamiento de las elecciones.

Es que la iniciativa, presentada por el diputado Pablo Caulier, requería para su aprobación, el voto afirmativo de 40 diputados, porque, aunque hasta último momento intentaron que se tratara de una ley general que se aprobara por mayoría simple, tanto asesores como especialistas en el tema, la catalogaron como una ley electoral.

Es más, en la redacción del despacho de mayoría estaba claro que esta ley era aplicable únicamente en esta oportunidad, ya que mencionaba que las elecciones porteñas deberían llevarse a cabo durante el 2003. Sin embargo, una vez conseguidos los votos necesarios para su sanción, se modificó el artículo primero del proyecto, para que esta norma sea cumplida sin excepción de ahora en más.

Sin embargo lo que en un primer momento parecía fácil, a medida de que pasaba el tiempo se iba complicando, ya que, promediando las 21 los 40 votos que eran necesarios todavía estaban lejos. Es que, a pesar de que tanto el bloque radical como el justicialista estaban completos (algo que hacía mucho tiempo no ocurría), los diputados Julio Crespo Campos, Miguel Doy y Enrique Rodríguez brillaban por su ausencia.

Una vez que culminó el lanzamiento de la campaña presidencial de Rodrígez Saá, Rodríguez retornó a la sesión, pero tanto Doy como Crespo Campos aún no aparecían. Luego de que los legisladores que impulsaban el desdoblamiento entraran en crisis, Crespo Campos hizo su entrada triunfal en el recinto. Con él, ya estaban asegurados los 40 votos.

Una vez comenzado el debate, que tuvo como oradores a la mitad de los diputados presentes, y teniendo en cuenta lo tarde que era, en el recinto comenzó a sentirse un olor extraño: eran las empanadas que comenzó a repartir el personal de la casa a los legisladores presentes, obviamente con su respectiva bebida gasificada.

En este marco, el diputado Héctor "Tom" Costanzo, presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, y el diputado Jorge Enríquez manifestaron su apoyo al proyecto, porque "es una manera de romper con la lista sábana", y de "reafirmar la autonomía de la ciudad de Buenos Aires".

Por su parte el diputado Raúl Puy, presidente del Bloque ARI, planteó durante la sesión "la necesidad de la caducidad de los mandatos del jefe y vicejefe de Gobierno y de los sesenta legisladores de la Ciudad, cuestiones que deberán resolverse con el voto de la ciudadanía y a través del llamado a una Convención Constituyente".

El bloque del ARI rechazó "el acuerdo de la mayoría de los bloques legislativos porteños" para proponer el desdoblamiento de los comicios sin caducidad, sosteniendo que "no es más que un intento para perpetuarse en sus cargos, mientras la ciudadanía exige legitimar la representación política".

El que se vayan todos estuvo a la orden del día, no sólo para fundamentar el despacho de minoría presentado por Puy, sino también para justificar la abstención de los bloques de izquierda. "Este proyecto sólo sirve para emparchar el sistema, y para que se queden todos, y eso no es lo que la gente está reclamando", señaló Vilma Ripoll (IU).

Si bien Marcelo Vensentini había manifestado estar de acuerdo con el desdoblamiento, así como también lo había hecho su jefe político Aníbal Ibarra en varios matutinos, el bloque del Frente Grande decidió abstenerse en la votación.

El diputado Jorge Giorno (Partido de la Ciudad) destacó que los comicios locales deben realizarse en una fecha distinta de la de los Nacionales tanto en primera como en segunda vuelta, porque este último escenario también debe contemplarse como posible y evitarse la superposición.

"Establecer una fecha distinta de convocatoria a elecciones de la Ciudad, respecto de las Nacionales, dentro del mismo año, tiende a fortalecer la autonomía de la Ciudad", explicó Giorno, quien junto al resto del Interbloque porteño votó a favor del desdoblamiento.

En cambio la diputada kirchnerista Juliana Marino (Peronismo Independiente), quien se abstuvo en la votación, afirmó que "sé que el ejecutivo de la ciudad considerará vinculante la aspiración de la legislatura de desdoblar las elecciones para terminar con la lista sábana horizontal".

"Sin embargo -añadió- lamento que en lugar de esta ley parcial no estemos votando una ley electoral completa y que se manipulen estos temas, con intenciones de desgaste político y electoralismo por parte de la UCR y el PJ", sin tener en cuenta que el proyecto fue presentado por el ex cavallista Pablo Caulier.

Caulier manifestó su satisfacción por la aprobación de esta ley porque "unificar las elecciones era renunciar a la autonomía por la que tanto ha peleado y pelea la Ciudad. Porque las autoridades que surjan de las elecciones deben encargarse de los problemas que tiene la Ciudad, algunos de los cuales los comparte con el país porque es parte de él, pero hay cuestiones que son propias y exclusivas de los porteños. Problemas particulares, requieren siempre soluciones particulares".

Por último aclaró que "con esta ley la Legislatura no le está imponiendo al jefe de Gobierno cuando tiene que convocar a elecciones sacándole las atribuciones que le otorga la Constitución de la Ciudad, sino que le solicita que llame a elecciones en distinta fecha que los comicios nacionales, en nombre no sólo de la autonomía de la Ciudad, sino también de la transparencia tanto política como económica".

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