Se viven momentos de gran tensión, de reuniones de último momento y de conversaciones vía celular, para confirmar o desechar los innumerables rumores que circulan y que cambian a cada momento. El radicalismo porteño tendrá una reunión de delegados al Comité Capital, la noche de este lunes 7, que definirá la posición del partido, con vistas a octubre. Algunos aventuran que lo que se decida en ese plenario tendrá repercusiones mucho más duraderas. Por un lado, un sector del partido insiste con echar de la presidencia de la UCR Capital, a Jorge Casabé, ya que lo acusan de ser ibarrista y de haber apoyado el plebiscito convocado por el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, a pesar de la resolución en contra que se votaron los delegados del radicalismo capitalino. Por el otro, los seguidores de Casabé, aseguran que quienes impulsan su destitución son los viejos popes partidarios, esto en nombres propios se traduce en las figuras de Enrique Nosiglia, Jesús Rodríguez, Rafael Pascual y Marcelo Stubrin, quienes buscan reflotar la vieja lista 3 y que la UCR vaya sola a las elecciones de octubre, con un perfil más de centroderecha.
"La idea del sector que me respalda es no dar quórum, porque no vamos a avalar una desición totalmente ilegal. Acá hay una intencionalidad política, de quienes quieren echarme. Soy el último escollo para que los que llevaron al radicalismo al desastre puedan volver a controlar el partido. Entonces yo les propongo a quienes quieren mi destitución que se hagan cargo ante la sociedad y en octubre ellos encabezan la lista del radicalismo. Hablo por ejemplo de Nosiglia, Stubrin o Pascual", se defendió y atacó casi al mismo tiempo Casabé, ante NOTICIAS URBANAS.
Sin embargo, desde el otro sector, creen que las horas de Casabé están contadas. En caso de ser destituido, el vice del partido en la Ciudad, Pedro Querido se haría cargo de la presidencia. El propio Querido se lo confirmó a NOTICIAS URBANAS. "Creo que aunque la gente de Casabé no de el quórum, la decisión está tomada, porque hay más de 70 votos que piden su destitución y los delegados al plenario son 140. En ese caso, haré un sacrificio y conduciré al partido en la Capital Federal. La idea es unificar el radicalismo porteño y volver a consolidarlo como una verdadera opción en la Ciudad, hay que traer a los afiliados que se fueron", le señaló Querido a esta agencia.
Sin embargo, Casabé cuenta con una carta a su favor. El ex presidente y patriarca radical, Raúl Alfonsín, lo apoyó públicamente. "Estuve cenando con él, el lunes 28 de febrero, junto con los dirigentes Luis Brandoni, Rodolfo Gil Lavedra y Aldo Neri; y el ex mandatario me dio su aval", le aclaró a NOTICIAS URBANAS Casabé.
El dirigente además señaló que no lo puede echar el comité de delegados. "La Convención metropolitana es la que designa a un Tribunal de Disciplina y sería este el encargado de sancionarme", aclaró el presidente del partido.
Casabé se lanza al ataque de sus rivales, al señalar que "existe un pacto con Ricardo López Murphy, para intercalar candidatos radicales en la lista de Recrear". El radical agrega: "Esto lo escuche yo del sector que me quiere desplazar, esa es su idea y se olvidan que la UCR es de centroizquierda y está asociada a la Internacional Socialista. Creo que el radicalismo no es un supermercado y que además, no puede volver la UCR del clientelismo político".