Por estos días, los nervios de los operadores que negocian la composición del gabinete que regirá los destinos de la Ciudad de Buenos Aires a partir del 10 de diciembre, están al borde del estallido.
Después de un largo reguero de versiones contrapuestas, parecería que finalmente los hombres del presidente ocuparían los ministerios de Desarrollo Social, de Descentralización y Participación Ciudadana y de Obras y Servicios Públicos. Esto, sin perjuicio de una versión -que algunos voceros del sector "kirchnerista" calificaron de "operación de prensa"- que dio cuenta de una supuesta reunión en la que el ministro de Planificación Federal Julio de Vido le habría solicitado a Ibarra la continuidad de Abel Fatala en la Secretaría de Obras y Servicios Públicos. Voceros del ministro De Vido negaron a confirnar o desmentir la verosimilitud de la reunión.
Más allá de las especulaciones, la semana próxima habría definiciones concretas acerca de la distribución final de las áreas y de los nombres de quienes las ocuparán que, de todos modos, no asumirían sus puestos antes del 10 de diciembre.
La subsecretaria de Justicia y Legal y Técnica, Alejandra Tadei, por su parte, tendría listo para el viernes el borrador de un proyecto de Ley de Ministerios, que durante el fin de semana largo sería analizado por Ibarra y su jefe de Gabinete, Raúl Fernández. Durante la semana próxima sería redactada la versión definitiva, que luego sería enviada a la Legislatura.
Las negociaciones, que hasta ahora se desarrollaron en un clima de armonía, sólo por breves momentos se vieron alteradas por los esperables picos de tensión. En la distribución de los cargos, el jefe de Gobierno se quedaría con su actual jefe de Gabinete, Raúl Fernández, aunque cambiaría al secretario de Salud, Alfredo Stern -a pesar de que su gestión no es considerada deficitaria- y también al secretario de Cultura -aquí naufragaría Jorge Telerman en su intento por retener esta área.
Por otra parte, la secretaria de Hacienda y Finanzas, Marta Albamonte, sería ratificada en su cargo. Albamonte fue designada como subsecretaria de Gestión y Administración Financiera el mismo día en que asumió Ibarra. Luego asumió la Secretaría cuando su titular, Miguel Ángel Pesce, renunció para asumir un cargo en el gobierno nacional.
La secretaria de Educación, Roxana Perazza, por otra parte, continuaría en su cargo para darle continuidad a la tarea que inició Daniel Filmus desde el comienzo de la gestión de Ibarra. El ARI colocaría en esta área a algunos de sus cuadros, a pesar de las vacilaciones de su jefa, "Lilita" Carrió, que debe optar entre dos caminos: preservar la virginidad administrativa de sus cuadros o mandarlos a embarrarse en los difíciles senderos de la gestión pública.
El "kirchnerismo" solicitaría además varias subsecretarías para su gente que estarían matizadas por algunos lugares en los entes descentralizados. De todos modos, entre éstos últimos, estaría sentenciada a muerte la Corporación del Sur, que jamás cumplió otra función que albergar a los excluidos del reparto de los cargos de primera línea. Los seguidores del presidente, en realidad, tienen la intención de impedir que el macrismo se arrogue la paternidad del disparo de gracia contra este monumento a la nada.